Flamenco a la japonesa
Dos universitarios de Córdoba promueven una empresa para acercar el turismo nipón al folclore andaluz
Gaylord Robin no imaginaba que lo que empezó con una beca Erasmus para aprender español acabaría en una concienzuda indagación en las raíces flamencas de Andalucía. Este estudiante de 23 años nacido en la Bretaña francesa ha formado, junto a Mauricio Campaña, de 25 años y estudiante de la Escuela de Agrónomos de Córdoba, un proyecto de empresa para comercializar y producir productos y servicios relacionados con el flamenco para el mercado japonés. Todo a través de Internet.
El público objetivo de la empresa no es azaroso dado que el mercado japonés es el más interesado en este arte intrínseco de Andalucía. De hecho, en Tokio hay más academias de baile flamenco que en Madrid o Sevilla y la revista especializada con mayor tirada se edita en el país nipón.
La idea surgió de Mauricio Campaña, nacido en Loja (Granada), quien comenzó a escuchar flamenco y ahora no puede parar. "Al principio tuve que dar a Gaylord algunas clases teóricas, ya que por ejemplo no sabía que la guitarra flamenca era originaria de Andalucía", bromea Mauricio Campaña sobre el inicio del proyecto. Ahora, después de cuatro meses de intenso trabajo en preparar el proyecto, Gaylord tiene más nociones de flamenco que muchos andaluces. Cuenta que con el folclore de Bretaña, de estilo celta, ocurre algo parecido, que es más apreciado fuera, en París, por ejemplo.
La intención de Mauricio y Gaylord es la de entroncar el interés de los japoneses por el flamenco con el turismo rural y con la venta de productos. Ambos han diseñado cinco rutas flamencas según los tipos de cante y su origen, unos circuitos que están fuera de los paquetes de viajes organizados y que daría una vuelta de tuerca en la inmersión del turista japonés en los lugares de los que emana el flamenco. Por ejemplo Alonso (Huelva), característico por el tipo de fandango, o Mairena de Alcor (Sevilla), donde nació el cantaor Antonio Mairena. También proponen llevar a los japoneses a los numerosos festivales o que conozcan peñas flamencas.
"Se trata de otra forma de hacer agronomía porque es una idea para diversificar la economía rural", explica Mauricio Campaña, al que le queda alguna asignatura para acabar la carrera. Además, el proyecto no deja de lado el interés monumental de los pueblos, así como la gastronomía andaluza. Mauricio también cuenta con un grupo de amigos de la Escuela de Bellas Artes de Granada interesados en plasmar mediante la fotografía o la pintura el arte flamenco para aumentar el catálogo de su página web.
José Emilio Guerrero, profesor de la Escuela de Agrónomos de Córdoba y animador de la cultura emprendedora entre sus alumnos, considera loable la iniciativa estudiantil. Junto a Gaylor Robin y Mauricio Campaña, otros siete grupos de alumnos han presentado sus proyectos, que forman parte de una de las asignaturas de la carrera y de un taller de empresas que cuenta con el apoyo logístico del Instituto de Fomento de Andalucía.
El proyecto de empresa de Mauricio y Gaylord es el más barato de los ocho que han salido del taller de empresas de la Escuela de Agrónomos. Cuesta 18.000 euros. Mauricio está dispuesto a seguir adelante. Le agrada la idea de ser el propio gestor de su destino a la vez que está inmerso en su gran pasión.
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