Aznar rehúye explicarse en el Congreso sobre las armas de Irak

La resolución 1.441 del Consejo de Seguridad de la ONU sirvió al Gobierno que preside José María Aznar para interpretar que el ataque a Irak tenía el respaldo de la ONU. Ahora la utiliza para oponerse a que Aznar comparezca ante el pleno del Congreso y dé explicaciones sobre las armas, nunca vistas, de destrucción masiva. El PSOE, Izquierda Unida y el Grupo Mixto han solicitado esa comparecencia.

Los tres grupos parlamentarios quieren que el jefe del Ejecutivo explique qué ha podido ocurrir con esas armas que nadie ha encontrado todavía. El propósito de la oposición choca con la actitud del Grupo Popular. En la Junta de Portavoces celebrada ayer, el portavoz del PP, Luis de Grandes, explicó que Aznar nunca se refirió a las supuestas armas de destrucción masiva como si manejase información propia, sino que se apoyaba en la resolución 1.441 del Consejo de Seguridad.

Felipe Alcaraz, portavoz de Izquierda Unida, explicó en rueda de prensa que después de las numerosas referencias que Aznar ha deslizado a la existencia incontestable de aquel armamento en manos de Sadam Husein, es necesario que comparezca ante el pleno y explique qué ha ocurrido. En su opinión, es necesario que dé cuenta de algo que sirvió para apoyar "una guerra sin justificación, basada en una mentira monstruosa".

Alcaraz manejó la posibildad, prevista en el reglamento del Congreso, de que 80 diputados soliciten una reunión de la Comisión de Secretos Oficiales, en la que el Gobierno informe sobre las pruebas que pudo tener acerca de la existencia en Irak de armas de destrucción masiva. Según Alcaraz, la reunión sería posible si realmente hay algún material clasificado como secreto en este asunto.

La respuesta del PP la trasladó el portavoz del PP. De Grandes aseguró ante los informadores que la propuesta de la oposición sólo "intenta revolver un poquito para conseguir una prórroga del conflicto de Irak" que, en su opinión, tan escasos réditos le ha proporcionado en las elecciones municipales.

De Grandes se explayó al comentar que un debate parlamentario sobre las armas de destrucción masiva puede tener sentido en el Reino Unido o en Estados Unidos, cuyos gobiernos aseguraron que manejaban pruebas de la existencia de aquellas armas, pero en España tal debate "no tiene ningún sentido" porque "las afirmaciones del presidente del Gobierno no traen causa de ningún tipo de información especial, sino de la resolución 1.441 del Consejo de Seguridad".

La resolución, tan manoseada y a lo que parece tan elástica para el Gobierno español, dice en uno de sus apartados que "condena el hecho de que Irak no ha dado a conocer de forma fiable, definitiva y completa como lo exige la resolución 687 (1991) todos los aspectos de sus programas de desarrollo de armas de destrucción masiva y de misiles balísticos de alcance superior a 150 kilómetros y de todos los depósitos de dichas armas, de sus componentes, de la ubicación de sus instalaciones de producción, así como de otros programas nucleares". Ese texto, según el PP, sirvió a Aznar para dar por seguro, dentro y fuera del Parlamento, que Sadam Husein tenía en su poder armas de destrucción masiva.