Barrionuevo y Vera niegan que conspiraran en el 'caso Brouard' contra Sancristóbal

El ex ministro del Interior José Barrionuevo y el ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera, ambos condenados por su relación con los GAL, negaron ayer en el juicio que se sigue por el asesinato de Santiago Brouard haber conspirado contra el ex director de Seguridad del Estado para implicarle en el crimen del dirigente de HB, el 20 de noviembre de 1984.

Sancristóbal llegó a estar procesado en la reapertura de este sumario como presunto cerebro del atentado y por haber librado cheques a cargo de los fondos reservados por valor de 50 millones de pesetas para pagar a los asesinos. En su declaración de ayer, Sancristóbal, que dijo no conocer al procesado Luis Morcillo, reiteró que la conspiración impulsada por sus antiguos jefes de Interior tenía como motivo único la "venganza" por sus declaraciones contra ellos en el caso Marey, la primera acción de los GAL por la que fueron condenados Vera, Barrionuevo y el propio Sancristóbal.

Más allá de esa conspiración, Barrionuevo y Vera indicaron que en ningún momento entorpecieron las investigaciones para esclarecer este asesinato. Sancristóbal y Barrionuevo negaron también haber ordenado el desmentido de que los GAL estuvieran detrás del atentado a Brouard.

Reuniones en el ministerio

Pero incurrieron en contradicciones sobre el seguimiento del caso en el Ministerio del Interior en las reuniones que mantenían sus máximos responsables semanalmente con mandos de los Servicios de Información de la Policía y la Guardia Civil y del Cesid. Mientras Sancristóbal indicó que este tema no tuvo un seguimiento en esa "mesa de información" y que tampoco "despachó" con el ministro de manera informal, Vera dijo que "se tuvo que discutir el asunto ahí".

Sancristóbal negó primero de manera tajante al tribunal haber conocido al mercenario Mohand Talbi, aunque luego tuvo que admitir que sí le vio en Matienzo, donde se encontraba secuestrado Segundo Marey y adonde acudió en el coche del entonces jefe superior de Policía, Francisco Álvarez. Pero dejó claro que no llegó a hablar con él. Tras ese encuentro, situado en el tiempo el 6 de diciembre de 1983, todos ellos volvieron a Bilbao, según ha relatado en tres ocasiones Talbi, y en una habitación del hotel Ercilla mantuvieron una reunión -en la que también estuvo el ahora acusado en este crimen José Amedo y otras personas- y en la que entre otras acciones de guerra sucia se decidió asesinar a Brouard.

El ex director del antiguo Cesid Javier Calderón, a preguntas del letrado de la acusación particular, Txema Montero, se acogió a la Ley de Secretos Oficiales para no contestar acerca de la existencia en La Casa de documentos relacionados con este caso. Pero no tuvo reparos para contestar a la defensa del acusado Rafael Masa sobre otros supuestos documentos del Cesid entregados en la instrucción por un testigo, desprotegido ahora por el tribunal, llamado Miguel Navarro Sala.