Pujol apelará al Constitucional si Europa supedita el Parlamento catalán al español

A los nacionalistas catalanes les disgusta profundamente el papel reservado para las regiones en el proyecto de constitución para Europa que deberá presentarse el 20 y 21 de junio en Salónica. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, expresó ayer su decepción ante esta situación. En un repaso de los pros y los contras del proyecto de constitución europea, insistió más en los aspectos negativos que en los positivos, y llegó a considerar la posibilidad de acudir al Tribunal Constitucional si la nueva legislación europea supedita el Parlamento catalán al español.

Pujol acudió ayer a las XX Jornadas de Pascua del Patronato Catalán Pro Europa, celebradas en Peralada (Alt Empordà), para afirmar que los catalanes son tan patriotas europeístas que les costaría aceptar que la Convención para la futura constitución europea pueda convertirse en un fracaso para las aspiraciones de reconocimiento de la identidad y las instituciones de Cataluña.

La Constitución española habla de reparto de competencias, destacó Pujol. Rechazó luego cualquier vínculo de dependencia entre ambos órganos legislativos y recordó que una ley del Parlamento catalán no puede ser invalidada por el Parlamento español.

La distinción entre las regiones con poder legislativo y las meramente administrativas promovida por Pujol no ha hallado eco en la Convención. El presidente de la Generalitat criticó sobre todo la asimilación y la mezcla entre el poder local y el regional que se hace en los organismos europeos y señaló que "la Generalitat es Estado y no un ayuntamiento grande". Pujol aseguró que tanto el PP como el PSOE consideran, casi inconscientemente, el Gobierno de Cataluña como "una Diputación grande". "Ni se acuerdan de que el representante del Estado en Cataluña soy yo", añadió.

A esto agregó Pujol que Cataluña "no se acaba de fiar" de que el Gobierno español defienda la diversidad cultural de sus territorios en Europa. De ahí que considere positivo todo lo que conduzca a una constitución supranacional en contraposición a la vía intergubernamental. El líder nacionalista aseguró que Cataluña está dispuesta a asumir, dentro de la modestia que le corresponda, el papel de "peón de la construcción europea".

El representante del Gobierno español en la jornada, Ramón de Miguel, secretario de Estado de Asuntos Europeos del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, no entró a fondo en las críticas de Pujol, aunque hizo notar que, en general, España "está cómoda" dentro de los trabajos de la Convención. El representante español, que no tuvo problemas en admitir que las comunidades representan el Estado, se mostró confiado en llegar a un acuerdo si existen reticencias por parte de algunas comunidades autónomas sobre un supuesto recorte de poder de los parlamentos.

Pujol cumplió 73 años

El diplomático reconoció que el asunto de las lenguas en Europa es "diabólico" y que resulta complejo organizar su uso en el Parlamento Europeo. De Miguel, contradiciendo la desconfianza que Pujol había asegurado sentir hacia el Gobierno central, dibujó un panorama de "cooperación fructífera entre España y Cataluña".

Por otra parte, De Miguel aseguró que Barcelona es "objetivamente la mejor candidatura" para albergar la sede de la Agencia Europea de Calidad Alimentaria, y que el Gobierno continuará defendiendo que se instale en la capital catalana.

Pujol celebraba ayer su 73º aniversario y durante toda la jornada recibió numerosas felicitaciones. Carles Gasòliba, secretario general del Patronato Catalán Pro Europa, lo hizo públicamente y remató, en lo que pretendía ser un elogio: "Aunque no lo parezca, tiene esta edad".

El presidente de la Generalitat valoró que Europa incremente en el futuro las decisiones por mayoría y no por unanimidad. Por el contrario, se mostró preocupado porque la Convención ha sustituido la palabra pueblo por la de ciudadanos en algunos textos. Pujol considera que esta última palabra está más ligada a los derechos individuales y relega los derechos colectivos de las naciones.

El presidente del Parlamento Europeo, el irlandés Pat Cox, abogó en su discurso de apertura por la participación de las entidades "subnacionales" en Europa a través de "líneas efectivas de comunicación". Sobre las divergencias entre los países europeos suscitadas por la crisis de Irak, Cox aseguró que hay que profundizar en una "visión común". El presidente del Parlamento Europeo reclamó una relación de amistad "sana y fuerte" con Estados Unidos, aunque, en su opinión, Europa debía conservar su ideario basado en el lema Viva la diferencia.