Collserola alberga más de mil torres eléctricas que sostienen 242 kilómetros de cables
Endesa descarta soterrar o suprimir líneas porque "comprometería el suministro"
El barcelonés parque de Collserola lo atraviesan 32 líneas eléctricas que configuran una intrincada maraña de cables de más de 242 kilómetros sostenida sobre 1.227 torres metálicas. El impacto visual es innegable, así como los riesgos medioambientales, pero la principal empresa gestora del servicio, Fecsa-Endesa, no prevé soterrar ni suprimir las líneas porque "se pondría en peligro el abastecimiento energético" del área metropolitana.
"La gente cree que la luz viene del enchufe, pero hay que transportarla desde el punto de producción hasta el de consumo. No hay otro remedio", explica Emilio Olid, jefe de líneas de alta tensión de Fecsa-Endesa. Olid tiene un mapa de Collserola sobre la mesa y lo mira con atención. La existencia de las líneas eléctricas a través del parque, explica, no tiene alternativa posible. Las líneas deben existir, y "tal como están las cosas, sería peor cualquier otro trazado por zonas urbanas", concluye.
La construcción de galerías subterráneas para soterrar la conducción eléctrica tampoco resulta viable porque "el soterramiento rebaja la calidad del servicio", afirma Olid. En caso de avería cuesta mucho más localizar el lugar del fallo y llevar a cabo la reparación en una red subterránea que en una aérea, y nuestra obligación es asegurar la calidad del servicio", concluye el jefe de Alta Tensión de Endesa.
La malla eléctrica
La retícula de líneas de alta tensión que atraviesa Collserola se construyó hace unos 40 años, en pleno desarrollismo. Se compone de 16 líneas de alta tensión que tienden sobre el parque 124 kilómetros de cable soportados por 449 torres de entre 25 y 35 metros de altura. A esta malla hay que añadir la red de media tensión, que se extiende a través de 118 kilómetros de tendido eléctrico asentado sobre más de 600 torres, éstas de una altura comprendida entre 8 y 12 metros. Esta maraña atraviesa las 8.000 hectáreas de Collserola, una zona verde que ofrece sus servicios a los tres millones de personas que viven en las municipios situados bajo su órbita de influencia.
Pese a los inconvenientes que Endesa encuentra en el soterramiento de líneas de alta tensión, la compañía se muestra dispuesta a realizar algunas operaciones si "encuentra la colaboración de terceros". El jefe de Alta Tensión de Endesa precisa que la inmobiliaria Sacresa impulsa en la zona de Finestrelles, en Esplugues de Llobregat, una operación inmobiliaria en la que proyecta soterrar dos kilómetros de alta tensión.Los terrenos de Finestrelles, una zona situada a continuación de la Diagonal de Barcelona y cercanos al límite sur de Collserola, están atravesados por tres líneas de alta tensión que provienen del parque. "Fecsa puede soterrar ciertas líneas a petición de terceros, ya sean públicos o privados, y tras la consiguiente negociación", precisó Olid. Un portavoz de Sacresa confirmó que la empresa financiará la operación, que consistirá en construir una galería para conducir el tramo final de dichas líneas, y estableció que las obras estarán en marcha "en un año".
Red Eléctrica Española (REE) será el próximo gestor de la red sobre Collserola. La empresa adquirió en noviembre de 2002 a Endesa el conjunto de las instalaciones de transporte de la alta tensión y se hará cargo de ella durante los próximos tres años. Sin embargo, no se apuntan mejoras para el parque. Lluís Pinós, delegado regional de REE, explica que en la empresa no dispone de proyectos "ni para construir ni para eliminar" líneas en Collserola.
El riesgo de incendio
Joan Capdevila, técnico del servicio de Medio Natural del Consorcio de Collserola, considera que el mayor peligro de la red en el parque son los incendios, aunque se declara tranquilo porque la vigilancia "es constante y porque el aeródromo de Sabadell está a tres minutos".
Sin embargo, advierte Capdevila, la media tensión resulta más peligrosa que la alta ya que los cables atraviesan el bosque a la altura de los árboles y exige más trabajos de prevención, que consisten en la poda de la vegetación que se encuentre entre seis y nueve metros de distancia de cualquier cable para evitar que un contacto con las ramas provoque un chispazo.
El consorcio tutela los trabajos de mantenimiento de la red que realiza Endesa dentro del parque. Capdevila explica que las relaciones entre la entidad gestora y la compañía son "buenas" y acepta con resignación el paso de las líneas a través del parque. El consorcio, además, negocia con Endesa la supresión de determinados ramales de líneas dentro del parque para eliminar algunos tramos que han quedado en desuso, como ocurrirá en breve en el llamado valle de Sant Just Desvern. Fruto de esta negociación se han eliminado 31 kilómetros de líneas desde 1999.
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