_
_
_
_
_
Entrevista:DOMENICO LENARDUZZI | Uno de los 'padres' del programa Erasmus

"Los nuevos excluidos serán los que no tengan acceso al conocimiento"

Mar Padilla

Domenico Lenarduzzi (Turín, 1936), director general honorario de la Dirección General de Educación y Cultura de la Comisión Europea, fue investido la semana pasada doctor honoris causa por la Universidad Ramón Llull de Barcelona. Lenarduzzi es uno de los padres de los programas de intercambio entre universitarios europeos como Erasmus, al que se han acogido un millón de estudiantes desde 1987. Esta iniciativa, que ha revolucionado los campus de numerosos países, ha conseguido trasladar de los amplios despachos de Bruselas a las aulas y la calle una idea más humana de la Europa comunitaria.

Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de los programas de intercambio?

Respuesta. Cuando nos dimos cuenta de que existía el mercado único europeo a nivel económico, pero no educativo. Las universidades vivían entonces en sus respectivas torres de marfil, y existía la libre circulación de trabajadores, pero no la de estudiantes y profesores.

"La OMC se plantea si la Universidad debe catalogarse como producto comercial"

En 1984, en Fontenebleau, Mitterrand, entonces presidente de la UE, dio el mandato de averiguar cómo formar una verdadera Europa de ciudadanos.

P. ¿Y qué hicieron?

R. Un año después apareció la bandera, el himno y el pasaporte europeo, y estaba previsto el intercambio de alumnos. Así surgió la dimensión más humana de la unión y se empezó a trabajar con las universidades.

P. ¿Los jóvenes entendieron el cambio que suponía?

R. Mucho más que los Gobiernos, entre otras cosas porque entonces empezaba la crisis del pleno empleo, y vieron que otra cultura, otra lengua y una mayor formación les daba más posibilidades. En 1986 hicimos la propuesta de intercambio, que necesitaba un presupuesto importante, y entonces los Gobiernos se negaron.

P. ¿No entendieron la idea de llevar la idea de Europa a los jóvenes?

R. Como dijo el que era entonces mi superior, el entonces comisario español Manuel Marín, "dan más importancia a una vaca que a cien estudiantes". La Comisión retiró la propuesta, y los estudiantes y las universidades presionaron hasta que en julio de 1987 se aprobó. Ahora cada año hay 120.000 estudiantes que cambian de país y de centro, y la comisaria europea de Educación y Cultura, Vivianne Reding, quiere que la cifra se triplique para 2010.

P. ¿Cómo ve la Universidad europea hoy?

R. Ha llegado a un nivel de masificación, que no de democratización. Hay que pensar que un 40% de los estudiantes que empiezan una carrera no la acaban porque encuentran trabajo, por falta de voluntad o por cuestiones económicas. Y una democratización real se alcanza cuando todos los estudiantes verdaderamente capacitados tengan acceso a la Universidad. Si no lo consiguen, es a causa de la rigidez universitaria, y supondrá una pérdida para la sociedad.

P. ¿Qué le parecen las universidades corporativas?

R. La Universidad debería dar una formación personal y cultural sólida, para que se pueda adaptar a todos los rápidos cambios sociales. Se le deben enseñar las herramientas para poderse adaptar, debe llenar la personalidad y la ocupacionalidad. Ahora se cambia normalmente tres veces de trabajo. se debe ir mucho más allá de la formación técnica.

P. ¿Entonces lo deseable sería que todo el mundo fuera a la Universidad?

R. Estamos en una sociedad del conocimiento y es necesario que uno tenga la mejor formación posible. El ideal debería ser ir más allá de los estudios obligatorios y llegar hasta el bachillerato o la formación profesional superior. No todo es la Universidad.

P. ¿En qué afecta la nueva sociedad del conocimiento a los centros de enseñanza?

R. El gran peligro es que se convierta en una sociedad dual. Los que no tengan acceso al conocimiento quedarán tanto o más excluidos que los pobres frente a los ricos antes. Si no se da una formación de base y permanente, no se podrán seguir los meteóricos cambios sociales, lo que es una condena hacia la marginación.

P. ¿Se ha de potenciar la formación continuada?

R. Ahora en España sólo un 8% de los adultos acceden a la formación permanente, y el objetivo es doblar esta cifra en siete años. La media europea se ha fijado en un 14%, y eso que hay países como Suecia o Finlandia que alcanzan el 23%.

P. ¿Y el nuevo espacio europero universitario en 2010?

R. Para conseguirlo hay que repensar la financiación y la calidad académica. El concepto que funcionaba hasta ahora de tener la Universidad en la puerta de casa y con todas las facultades ya no será así en el futuro. En el nuevo espacio europeo las universidades deberán reconvertirse en centros de excelencia, especializarse y crear una red con los otros centros parecidos.

P. ¿Como ve el futuro universitario?

R. Hay dos posiblidades: una, que surjan las universidades sin muros para todos los que estén interesados. La otra, muy peligrosa, sería su comercialización. En estos momentos la OMC se plantea si la Universidad puede catalogarse como un producto comercial. La Unión Europea, por supuesto, se opone completamente, pero Estados Unidos o Australia están de acuerdo. Son los Gobiernos los responsables de la formación de sus futuros ciudadanos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Mar Padilla
Periodista. Del barrio montañoso del Guinardó, de Barcelona. Estudios de Historia y Antropología. Muchos años trabajando en Médicos Sin Fronteras. Antes tuvo dos bandas de punk-rock y también fue dj. Autora del libro de no ficción 'Asalto al Banco Central’ (Libros del KO, 2023).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_