_
_
_
_
Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¿Qué tipo de capitalismo quiere usted?

La mal llamada economía de mercado carece hoy de detractores; a cambio cuenta con críticos que despliegan diversos grados de amabilidad en sus análisis, siempre eso sí en el marco general de una aceptación generosa de los postulados. Adair Turner, vicepresidente de Merrill Lynch y profesor visitante de la London School of Economics, pertenece al grupo de quienes sostienen tanto la conveniencia como la inevitabilidad del capitalismo, aunque matizado, controlado o encauzado por la acción no tanto del Estado -aunque también- como de las fuerzas políticas de la también mal llamada sociedad civil, esa distribución funcional de la sociedad que organizó Gramsci a efectos pedagógicos que los medios hostiles al Estado han convertido en fundamental.

Capital justo. La economía liberal

Adair Turner

Editorial Tusquets

ISBN 84-8310-883-6

Más información
El PIB de los países en transición al capitalismo creció un 5,6%

Turner parte de la idea de que el capitalismo, basado en el respeto a la ley y a la propiedad, es el sistema económico más eficaz. Desde el momento en que esa afirmación queda clara, el autor se dedica a introducir matices. Algunos históricos, como la formación de los Estados del bienestar en Europa, otros económicos, y una gran parte de carácter ideológico. Las matizaciones convierten la afirmación inicial en una suerte de tercera o cuarta vía de acceso al capitalismo.

Uno de los puntos centrales del libro es el correctivo a quienes han magnificado la globalización. El texto recuerda que las decisiones económicas importantes siguen en manos de los Estados-nación y que la unificación financiera afecta todavía a una parte muy pequeña de la población mundial.

"El capitalismo puro y duro no es suficiente", asegura Turner. Incluso avanza que el fundamentalismo simplista del mercado -muy atractivo, porque ofrece certezas absolutas- "puede ser tan peligroso para el liberalismo sensato de mercado como lo fue el marxismo". Así que el autor no se toma a broma la visceralidad neoliberal. El modelo que se propone es el de mercados económicos más libres moderados con el modelo social europeo. El capitalismo tiene que ser moderado por el Estado, por el proceso político. Es más, se insiste en las bondades de la gestión de la demanda al modo keynesiano como el método más adecuado en términos generales para moderar esos excesos del capitalismo puro y duro.

Por una parte, Turner no escatima análisis de fondo sobre los problemas de fondo del capitalismo, esos que pueden ser corregidos por la "acción política" y del Estado. Menciona, por ejemplo, la falacia de que la prosperidad nos hará ricos a todos -o, por lo menos, para decirlo con propiedad- es la condición inicial para que todos lleguemos a ser ricos, cuando la realidad desmonta semejante hipótesis, que actúa como zanahoria. Pero describe otras más interesantes, de carácter instrumental pero de gran actualidad: las economías de mercado carecen de mecanismos naturales para asegurar una rápida recuperación tras la deflación de demanda general. Justo lo que los teóricos de la catástrofe permanente sostienen que está a punto de suceder en EE UU o Alemania.

Pero, a pesar de este equilibrio que debe construirse, según Turner, entre mercado y modelo social y acción política, el autor critica de pasada a los movimientos antiglobalización. En su opinión, los manifestantes de Seattle y Praga "están sencillamente equivocados". ¿No formaba la acción política parte decisiva de la corrección del mercado?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_