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LOS PACTOS POSELECTORALES

Los pactos de la izquierda se multiplican

PSOE e IU ignoran las críticas del PP y pactarán en más municipios que en 1999

Carlos E. Cué

Mañana comienza una semana de actividad trepidante para llegar a acuerdos sobre gobiernos de coalición en numerosos ayuntamientos y varias comunidades autónomas. Los partidos tienen previstas multitud de reuniones para pactar los programas de actuación conjunta y detallar, en su caso, el reparto de concejalías y consejerías. Aunque antes de que todo eso quede firmado habrá presiones, ruptura temporal de negociaciones... Pero los negociadores saben desde ahora que sólo los pactos permitirán a sus grupos gobernar centenares de localidades donde ninguna fuerza dispone de mayoría absoluta.

A las direcciones de los partido les preocupa que en muchos pueblos pequeños, donde las enemistades son personales o familiares, sus representantes les pueden dar una sorpresa el próximo sábado cuando se constituyan los 8.108 consistorios de toda España. No obstante, los dirigentes de las dos principales fuerzas de izquierda, PSOE e IU, destacan su determinación de llegar a acuerdos, pese a la críticas del PP, que superarán a los firmados hace cuatro años.

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Los pactos "social-comunistas", como los define el presidente del Gobierno, José María Aznar, tienen una larga tradición desde la elecciones municipales de 1979. De hecho, en ese año marcaron la antesala de la llegada de los socialistas al poder. No obstante, quedaron interrumpidos 1995 y 1999, cuando IU de distanció totalmente del PSOE y Anguita cultivó una buena relación con Aznar.

Balance positivo

Estos últimos cuatro años, en los que el PSOE e IU han gobernado juntos más de 200 localidades, han sido muy positivos, según ambas formaciones. Por eso ahora no sólo se repetirán los pactos, sino que aumentarán. Según los cálculos, no definitivos, se estima que superarán los 300, la mitad de ellos en Andalucía.

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La estrella de todos ellos, el escaparate en el que se mirarán los demás, es el acuerdo PSOE-IU para arrebatar al PP la Comunidad de Madrid, donde ha gobernado los último ocho años. Las negociaciones para formar un Gobierno de coalición atraviesan ahora un difícil momento, ya que IU exige al PSOE la Consejería de Educación y amenaza con no entrar en el Ejecutivo de Rafael Simancas si se le deniega esa pretensión. Al margen de ese obstáculo, Simancas y Fausto Fernández tratarán de demostrar que la izquierda puede gestionar con eficacia uno de los mayores presupuestos autonómicos y gobernar conjuntamente a cinco millones y medio de personas.

En esta comunidad, donde los pactos de la izquierda han sufrido dos derrotas importantes en Alcalá de Henares y Móstoles, el pacto PSOE-IU será el que determine el gobierno municipal de 15 ciudades importantes, muchas de ellas en la zona sur. En esos municipios viven más de 700.000 personas. Las buenas relaciones entre PSOE e IU en estas ciudades han permitido que los socialistas, incluso con mayoría absoluta, den entrada en sus gobiernos a los concejales de la federación de izquierdas para reforzar la sensación de unidad.

Los pactos entre estas dos formaciones, especialmente en Madrid, pero también en el resto de España, pasan por políticas que PSOE e IU consideran primordiales de cara a su electorado: recuperación de los servicios y de la inversión pública, universalización de todos esos servicios, reducción de la precariedad laboral y, sobre todo, medidas para favorecer el acceso a la vivienda. Tanto el PSOE como Izquierda Unida defienden la construcción de gran número de viviendas de protección oficial y facilitar pisos en alquiler barato a miles de jóvenes. De la gestión del suelo que hagan los ayuntamientos dependerá en gran parte el éxito o fracaso de estas políticas, según reconocen representantes del PSOE y de IU.

Guadalajara y Segovia también pasarán a tener gobiernos de coalición PSOE-IU, pero son una excepción en sus respectivas comunidades ya que, fuera de Madrid, la norma general en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja y Murcia es la mayoría absoluta.

Dificultades en Asturias

Más difícil parece el acuerdo entre los socialistas e Izquierda Unida para gobernar juntos la Comunidad de Asturias. Los socialistas han perdido su mayoría absoluta por un solo diputado, y no quieren que la federación de IU entre en el Ejecutivo cuando el apoyo que necesita de ella es tan escaso en número de escaños. En Canarias, el pacto entre Coalición Canaria y el Partido Popular facilitará los gobiernos en las ciudades medias.

Los socialistas son los grandes protagonistas de los pactos, sobre todo porque al Partido Popular apenas le quedan ya socios para formar alianzas. Pero el PSOE no firma sólo con Izquierda Unida. Los acuerdos con el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), que le darán a éste la presidencia de esa comunidad autónoma, ha suscitado alguna críticas de los dirigentes socialistas de otras comunidades.

Los primeros regionalistas que abandonaron al PP, su rival natural porque compiten por el mismo electorado, para irse con el PSOE, fueron los del Partido Aragonés (Par). En esta legislatura repetirán la experiencia, ampliada esta vez al Ayuntamiento de Zaragoza, otra de las grandes ciudades españolas donde el pacto será protagonista del nuevo consistorio.

También Izquierda Unida tiene previsto realizar acuerdos a varias bandas. Mientras pacta con los socialistas en media España, en Barcelona añade, a través de su socio Iniciativa-Verds, a los nacionalistas de Esquerra Republicana. Y llega al extremo en el País Vasco, donde pactará, según lo previsto, con el PNV en Bilbao -donde los nacionalistas fueron los más votados el 25-M- y en otras ciudades, a la vez que apoyará a los socialistas en Rentería e Irún, por ejemplo.

Contra natura, y contra la dirección

Los odios y rencillas tradicionales en pueblos pequeños pueden convertir en socios a teóricos enemigos, y viceversa. Son pactos contranatura, que escapan a las órdenes de la dirección y suelen acabar en escisiones de los partidos.

El más señalado de los casos conocidos hasta ahora es el de Valverde del Camino (Huelva), donde el PP, si su dirección no lo remedia, apoyará a un alcalde de IU para evitar que gobierne el PSOE, que quedó a 200 votos de la mayoría absoluta. Algo parecido puede suceder en Camas (Sevilla), donde el candidato de IU es secretario regional de la federación de izquierdas.

En Gandesa, de 2.700 habitantes y capital de la Terra Alta, una de las comarcas del Ebro, el candidato a alcalde más votado fue Miquel Aubà, que encabezaba una lista de independientes surgida de la oposición al Plan Hidrológico Nacional (PHN) y el trasvase del Ebro. Pero a Aubà le faltó un concejal para la mayoría absoluta. Y antes de lograr el apoyo de Esquerra Republicana (ERC), que también rechaza el PHN, ha logrado el del edil del PP. Les ha puesto de acuerdo el común deseo de mantener a CiU en la oposición.

En Pego, una población del norte de Alicante, PP, PSOE y el Bloc, con tres concejales cada uno, parecen dispuestos a pactar con tal de desalojar al polémico alcalde Carlos Pascual, que ha obtenido ocho. Éste, de carácter irascible e inclinaciones despóticas, ha destacado en los últimos años por sus constantes muestras de desprecio hacia la oposición: desde convocar plenos a las siete de la mañana, insultar durante los mismos a los socialistas, quitarles la palabra y ordenar su desalojo del salón de plenos, hasta censurar programas de la emisora municipal de radio.

En Ponteareas (Pontevedra), el BNG ha ofrecido un pacto a PP y PSOE para impedir el acceso a la alcaldía de un independiente. La alcaldesa del municipio, Nava Castro, volvió a ser la más votada el 25-M a poca distancia de los nacionalistas, segundos. Castro había heredado la alcaldía de su padre, que gobernó desde el franquismo, militó en el PP durante más de 20 años y fue expulsado del partido poco antes de que la justicia le inhabilitara para ejercer cargos públicos. Los nacionalistas ya trataron de formar un gobierno de salvación hace cuatro años, pero el PP se resistió al pacto.

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