CiU no perdona a Jiménez de Parga

Los dirigentes de Convergència i Unió (CiU) optaron ayer por mantener un prudente silencio ante la polémica originada por su correligionario Joan Rigol, pero saltaron en tromba para censurar al presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, por las declaraciones que éste hizo hace cinco meses. El jueves, el Tribunal Supremo absolvió al presidente del alto tribunal de la demanda que la Generalitat le interpuso por unas manifestaciones realizadas durante una conferencia.

Tras conocerse la sentencia, el presidente de la Generalitat y de CiU, Jordi Pujol, dijo que Cataluña "se siente extraña e incómoda" en el marco español. "[Las palabras de Jiménez de Parga] son una frase insultante que no puede borrar nuestra historia", afirmó.

Ayer, los principales dirigentes de CiU insistieron en evidenciar su indignación por las declaraciones de Jiménez de Parga. El conseller en cap, Artur Mas, aseguró que no asistirá, en diciembre, a los actos conmemorativos del 25º aniversario de la Constitución a menos que Jiménez de Parga se disculpe. En enero, Mas ya anunció solemnemente que CiU no asistiría a los actos previstos, aunque Jordi Pujol sí participará e incluso se ha integrado en el comité de honor.

El líder de Unió Democràtica (UDC) -el partido de Rigol- y secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, insistió ayer en que la absolución del magistrado hace sentir "incómoda" a la federación nacionalista. Duran Lleida reprochó a los socialistas haber avalado a Jiménez de Parga para el Constitucional. El portavoz adjunto de CiU en el Congreso, Manuel Silva, afirmó que las declaraciones de Jiménez de Parga deben tener "consecuencias políticas", a pesar de que el Tribunal Supremo ha desestimado la demanda presentada por la Generalitat.