"Mis instalaciones provocan emociones fuertes"

En la madrugada del domingo, miles de personas se desnudarán en Barcelona. Ya suelen hacerlo en las playas nudistas de la ciudad, pero en esta ocasión el motivo no será disfrutar del sol, sino participar en una instalación del artista estadounidense Spencer Tunick (Nueva York, 1967), cuyo trabajo se centra en el retrato de personas desnudas en el espacio público, tanto en solitario como formando grandes masas. Estas últimas, que le han costado cinco arrestos en Nueva York, son las que le han dado la fama, presencia en muchos eventos artísticos internacionales y una gran resonancia mediática. Los interesados aún pueden apuntarse para participar en las dos fotografías previstas en la página web www.informativos.net/tunickbcn. Será la madrugada del domingo en la avenida Reina María Cristina, de Barcelona, y es imprescindible llevar cumplimentada la autorización que se envía por correo electrónico a los participantes. Éstos, que participan gratis, deberán permanecer una hora desnudos y a cambio recibirán una fotografía. "Hasta ahora se han apuntado 15.000 personas, pero siempre fallan más de la mitad", comenta el artista. "Confío en que lleguen a las 5.000. En Santiago de Chile fueron 4.000 y en Melbourne se alcanzaron las 4.500. Lo que me encantaría sería llegar a las 6.000 personas".

"Creo formas abstractas a partir del material básico del cuerpo humano"

Pregunta. Sorprende este interés por las cifras. ¿No decía que no le interesaban los récords?

Respuesta. Es cierto, no busco ningún récord, pero es bonito ver toda esta energía junta, y sí, me gustaría poder trabajar con mucha gente de nuevo. Hasta ahora he hecho cinco obras en las que intervenían más de dos mil personas y realmente es una experiencia muy diferente a la de trabajar con sólo 300 o 400, que era lo que hacía antes. Es una sensación muy diferente, muy poderosa, muy nueva. Para los participantes, también. Es físicamente increíble, se convierte en un evento fenomenológico. Hay gente que incluso se pone a llorar porque es una instalación que provoca emociones fuertes, y eso es bueno, una señal de humanidad.

P. ¿Por qué cree que sucede?

R. La gente está muy junta y se saca la ropa, que es su personalidad, para compartir un mismo paisaje humano. Es un sentimiento fenomenológico de respeto a la condición humana. Tienen la sensación de participar en una obra colectiva.

P. ¿Cambia mucho el sentido de la imagen si se hace en ciudades en las que el desnudo está prohibido o en otras en la que es algo aceptado?

R. En lo que se refiere a la obra de arte en sí no cambia nada porque se produce la misma energía. Pero sí, hay lugares en los que adquiere una dimensión política porque la gente participa también para mostrar el deseo de un cambio y una mayor libertad. En países como Chile, por ejemplo, fue más una celebración de un nuevo principio con más libertad. Pero espero que en Barcelona la gente vendrá más para participar en la experiencia de crear una obra de arte. Por otra parte, cuando la gente está en la playa normalmente están separados entre sí, no pegados uno a otro, como en la imagen. Y no lo hacen como forma de arte, sino como parte de su manera de vivir.

P. ¿Dónde enmarca su trabajo?

R. Estoy muy interesado en el land art, en artistas como Robert Simithson o Richard Long. Y, al mismo tiempo, también me interesa el trabajo de Yves Klein y el de otros artistas performer de los setenta. Mi material de trabajo es el cuerpo humano y mi obra es una instalación temporal que combina la escultura, la performance y el land art.

P. ¿Qué busca con sus fotografías de masas?

R. Para mí son abstracciones, como puedan serlo los cuadros de Rothko. Es una manera de crear formas abstractas a partir de un material básico que es el cuerpo humano. Los retratos individuales, en cambio, son otra cosa. Es un tipo de fotografía más clásica, un tanto surreal. En conjunto, son imágenes que te hacen pensar qué somos, en qué entorno estamos, quién nos controla, y en otros muchos aspectos de la sociedad contemporánea.

P. Los desnudos en masa son un gran espectáculo mediático.

R. La mayoría de mi trabajo es subterráneo. No me gusta tener a los medios en mis eventos, pero cuando quieres hacer una obra en la que participan 5.000 personas tienes que utilizar a los medios para conseguir que la gente se apunte. Sé que así existe el riesgo de que se malinterprete mi obra, pero es la única manera. Personalmente, sólo guardo uno de cada cien artículos que se publican sobre mi trabajo, aunque en general me parece positivo que los medios de masa populares se interesen por el arte.

P. ¿Le preocupan las lecturas sexuales de su trabajo?

R. Intento rebajar al máximo cualquier aspecto erótico para trabajar más tranquil

o. Antes y después de la foto puede que algunos participantes consideren que tiene algo de sensual o erótico, pero durante la fotografía, que es un proceso largo y pesado, no hay nada de eso. No me interesan los genitales, sino la forma completa del cuerpo, que es como un material.