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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Trillo no convence

El ministro Trillo no logró despejar en su comparecencia en el Congreso las principales dudas sobre las condiciones de seguridad en que se efectúan los traslados de militares españoles en misiones de paz. Lo que ahora está en cuestión son, por supuesto, los motivos del accidente en el que perecieron 62 profesionales del Ejército, pero también las condiciones en que se contratan y realizan los vuelos. Del accidente en sí, el ministro se limitó a repetir una letanía de datos ya conocidos por todos, amparándose para no dar más detalles en la investigación que ya ha iniciado su ministerio. Aún peores fueron sus confusas explicaciones sobre el sistema de contratación de los aviones y la actuación del Gobierno tras el siniestro. Insistió Trillo una y otra vez en la responsabilidad de la OTAN, olvidando deliberadamente que las condiciones de seguridad en las que se mueven los militares españoles competen, en primerísimo lugar, al Gobierno al que sirven.

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A juzgar por los elogios que dispensó a la compañía ucrania, cabe preguntarse por qué ha suspendido su contrato. Atrapado en las muchas contradicciones en que ha incurrido el Gobierno tras el accidente, la intervención de Trillo se enfrentó a una oposición bien armada de argumentos y datos, a los que el ministro nunca dio cumplida respuesta. El portavoz del PSOE, Jesús Caldera, no se limitó a una crítica genérica, sino que le recordó al ministro, con abundancia de datos, que ya en el mes de abril su partido planteó a Defensa la necesidad de hallar soluciones a las malas condiciones en que se hacían esos traslados, ante el malestar existente en las Fuerzas Armadas. Nada se hizo. Caldera exigió la creación de una comisión de investigación que aborde no sólo las causas del accidente de Turquía, sino el deficiente sistema de contratación, de cuyos fallos clamorosos responsabilizó al ministro de Defensa por negligencia o por una inexcusable falta de vigilancia. ¿Es posible que quejas tan extendidas como las que hemos conocido no llegaran nunca a los máximos jefes militares?

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Las críticas al ministerio se repitieron desde CiU y Coalición Canaria, para acabar con la petición de dimisión del ministro expresada por el portavoz de IU, Felipe Alcaraz. Hay motivos, tras la sesión de ayer en el Congreso, para exigir más concreción y soluciones al ministro de Defensa; y para rechazar el nuevo intento de culpar a la oposición de los errores del Gobierno: acusarla, como hizo el portavoz del PP, de estar "jugando con el dolor de las familias" de las víctimas es simplemente una indignidad.

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