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Los sindicatos franceses lanzan un nuevo pulso al Gobierno para frenar la reforma de las pensiones

Hoy martes arranca en Francia una semana de lucha sociales que será definitiva para la suerte de los proyectos reformistas del Gobierno conservador. En el centro de la protesta está la prolongación de 37,5 a 42 de los años de cotización para que los funcionarios accedan a una pensión sin recortes y una revisión para todos de las prestaciones de jubilación, mientras se espera otro proyecto que también tendría en cuenta nuevas vías para financiar la Seguridad Social. De momento, el 10 de junio, en la Asamblea Nacional, se debatirá un primer paquete de reformas y los sindicatos quieren plantear estos próximos días como un pulso al Gobierno.

Para hoy está prevista una huelga en la aviación civil que no permitirá volar a más de un 30% de los viajes interiores o de media distancia y que ha provocado anulaciones en las aerolíneas que sobrevuelan el espacio francés. En el caso de Iberia, se han cancelado para hoy 23 vuelos.

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En el transporte ferroviario se esperan graves trastornos, tanto para los trenes de alta velocidad como para los interregionales. Los servicios de cercanías se mantendrán, pero con frecuencias que oscilaran entre el 25% y el 50% de las normales y el Metro de París vivirá graves perturbaciones en cuatro de sus catorce líneas.

La televisión y la radio públicas también se sumarán al movimiento de protesta. En la marina mercante, los 1.800 oficiales amenazan con paralizar todos los puertos y el servicio de correos conocerá problemas. En los juzgados, los oficiales pueden obligar a cerrar. Asimismo, la producción de energía eléctrica estará sujeta a intermitencias.

La continuidad de la huelga de hoy no está garantizada. Los sindicatos han renunciado a firmar un llamamiento que le dé un carácter indefinido y que sitúe la frontera del éxito en la retirada total de los proyectos del Ejecutivo. Es más, éste ha conseguido dividir el frente sindical y la jornada de mañana servirá para contar las fuerzas y para que el Gobierno sepa si debe dar muestras de firmeza o entablar negociaciones en un plazo breve.

Tregua en la enseñanza

Ayer, en todo caso, y en el muy conflictivo sector de la educación pública, con los importantes exámenes de selectividad en un horizonte inmediato -a partir del 12 de junio- el Gobierno supo hacer algunas concesiones poco comprometedoras pero capaces de desactivar la protesta. La muy denostada descentralización -traspaso de 110.000 funcionarios no docentes a las regiones- ha sido "retrasada que no retirada" hasta el mes de septiembre. Esto unido al aplazamiento hasta octubre de la también criticada ley en favor de una mayor autonomía universitaria, permite a los sindicatos reformistas y negociadores presentarse ante sus tropas con algo parecido a una victoria, al tiempo que el Gobierno salva la cara.

Nada hay decidido, pero en el seno del Gobierno de Jean-Pierre Raffarin son muchos los que le recuerdan que el gran error del también conservador Alain Juppé en el otoño de 1995, cuando Francia se paralizó en defensa de sus jubilaciones, fue el dar marcha atrás, el no resistir conforme al modelo impuesto por la británica Thatcher.

[Austria por su parte vivirá hoy por primera vez en su historia una paralización que se prevé generalizada por una huelga en cientos de empresas privadas, el transporte público, la educación, las fuerzas de seguridad y otros servicios en protesta contra la reforma de las pensiones, informa Efe].

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