La línea 15
Los autobuses de la línea 15 (Naciones-Encarnación), pocos y vetustos, nos tienen ya acostumbrados a su tardanza; pero lo cierto es que parece que se ha convertido en una línea de "desecho", con vehículos de más de 10 años (por ejemplo, matrícula SE-AZ) y cada vez peor servicio en horas punta. En las dos últimas semanas, con las calores sobrevenidas, los usuarios hemos sufrido en varias ocasiones los 37 grados anunciados en el termómetro de José Laguillo a las tres de la tarde, dentro de un auténtico "autobús bananero", sin más refrigeración que las ventanillas de par en par y a base de improvisados abanicos de periódicos. Si a esto se añade la sobrecarga de pasajeros, cual si transporte de ganado se tratara, los sudores y algún que otro conductor con afición al "agítese antes de usar", la estampa es de anuncio de ron del Caribe. Claro que todo esto debe resultar de ficción para los responsables de la empresa que, ante las quejas de los usuarios, siempre contestan indefectiblemente que "los tiempos de intervalo entre autobuses con correctos", que "no se suprime el servicio", etc., mientras anuncian a bombo y platillo las vueltas al mundo que da la maravillosa red de autobuses de Sevilla y la increíble renovación de la flota apenas cumplen siete años.
Menos mal que con el metro podremos hacerle una pedorreta a Tussam. Lo malo es que para algunos llegará demasiado tarde. Como el autobús.
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