Un guipuzcoano puede pagar cuatro veces menos que un vizcaíno por los descuentos

Si en algo han coincidido los usuarios de la A-8, más allá de la mejora en las comunicaciones que ha supuesto entre Vizcaya y Guipúzcoa, ha sido el alto coste de su utilización. Por eso, los trayectos de ocio a San Sebastián han sido sustituidos en los últimos años por muchos vizcaínos por el viaje hacia Santander, sin ningún tipo de peaje.

El fin de la concesión privada, sin embargo, no eliminará el pago, tanto para financiar los costes de mantenimiento como, fundamentalmente, para evitar el colapso de la autopista, como ahora ocurre en los tramos gratuitos de Basauri a Bilbao y la variante de San Sebastián. El peaje es un elemento disuasorio del tráfico. "La A-8 se colapsaría y sería necesario hacer hasta cuartos carriles", ha asegurado el diputado vizcaíno de Obras Públicas y Transportes, José Félix Basozabal.

Las autoridades defienden mantener el peaje para evitar que la A-8 quede colapsada

La solución ha sido reducir casi a la mitad las tarifas actuales, un descuento que entrará en vigor el próximo viernes a las cero horas. Las rebajas no son uniformes: si bien entre Bilbao y San Sebastián será de un 47%, en la mayoría de los tramos vizcaínos se queda en un 35% y en algunos guipuzcoanos alcanza el 53%. Como la concesión pasa a las dos diputaciones por las que discurre la A-8 (dos tercios de los 106 kilómetros atraviesan Guipúzcoa), no hay un único gestor. El asunto se ha complicado porque, tras la decisión de subcontratar la explotación del peaje y el mantenimiento a empresas privadas, cada diputación ha adjudicado este servicio a compañías distintas.

El resultado ha sido que, tras arduas negociaciones para unificar el precio por kilómetro del nuevo peaje -Guipúzcoa y Vizcaya planteaban precios diferentes-, el convenio de gestión de la A-8 entre ambas diputaciones se firmará en junio, una vez que la concesión sea ya pública.

Las autoridades forales han asegurado que el usuario no notará diferencia en las tarifas, porque "nos compensaremos entre nosotros". Pero entre los conductores habituales de la A-8 sí habrá distinciones: un guipuzcoano podrá pagar hasta un 75% menos sobre la nueva tarifa respecto a un vizcaíno. La razón es que Guipúzcoa ha decidido mantener el sistema de descuentos iniciado en ambos territorios en 1998 para los usuarios habituales, mientras que Vizcaya no lo aplicará, al menos, este año. Para 2004 estudia que pueda beneficiar sólo a los que tienen rentas más bajas.

Por ello, un conductor de Guipúzcoa puede transitar desde San Sebastián a Bilbao por poco más de 1,5 euros, si lo hace habitualmente, frente a los 6,10 que le costará a un vizcaíno hacer el trayecto inverso.

Las autoridades vizcaínas temen que nuevas rebajas aumentarían el tráfico en una vía que este año ya atraerá a 31.000 vehículos diarios. Sus estudios indican que la A-8 y la carretera general N-634 (entre Bilbao y San Sebastián, con un tráfico actual de 22.000 vehículos diarios) tienen una capacidad máxima conjunta de 65.000 tránsitos. "De 2003 a 2007 la autopista crecerá un 3,5% cada año. De 2007 a 2010 la afluencia de tráfico se mantendrá por la entrada en funcionamiento de la Eibar-Vitoria, pero de 2010 a 2013 habrá un gran repunte, con crecimientos de tráfico cada año de un 5%, 6% e incluso el 7%", apunta Basozabal.

Captar ingresos

Por eso, incluso no se descarta subir el peaje en los próximos años, lo que tampoco es compartido por la Diputación de Guipúzcoa. El responsable de la empresa creada para explotar la A-8 en Guipúzcoa, Koldo Azkoitia, lo ha descartado de plano y ha afirmado que "no existe ninguna intención" de incrementos anuales por encima de lo habitual, en torno al IPC.

El mantenimiento del peaje, además del efecto disuasorio, servirá para financiar nuevas carreteras en Vizcaya -donde se hará una nueva gran variante paralela a la A-8 en torno a Bilbao, con una inversión prevista de más de 280 millones de euros- y Guipúzcoa, y para ampliar carriles en la actual A-8 en los tramos más cercanos a las dos capitales.

La posibilidad de captar ingresos no es nada desdeñable: en 2001 la actual concesionaria alcanzó los 126 millones de euros de facturación, un 8,6% de incremento respecto al ejercicio anterior y un 32% en relación a 1997, cuando los ingresos se quedaron en 86,3 millones de euros.

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