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Reportaje:LA A-8 PASA EL VIERNES A MANOS PÚBLICAS

Cambio de propiedad con rebaja

La Bilbao-Behobia pasa el viernes a manos públicas

Fue la revolución del transporte por carretera en Euskadi. La Bilbao-Behobia puso a las capitales vizcaína y guipuzcoana a apenas una hora de distancia y se convirtió aquel año, 1971, en la tercera autopista española: sólo había otras dos en Cataluña. Este viernes, justo 32 años después, termina la concesión privada del peaje -la contrapartida a cambio de construirla- y la A-8 pasa a manos públicas, aunque el cobro por la utilización del vial se mantiene.

Aquellos 106 kilómetros fueron todo un reto tecnológico cuando en España sólo había 185 kilómetros de autopista y supusieron una inversión espectacular: 20.000 millones de pesetas de los años 70. El proyecto empezó a gestarse en 1963, cuando el Ministerio de Obras Públicas encargó a una empresa extranjera especializada un estudio del transporte por carretera entre las tres capitales vascas. Aquel informe concluyó que eran necesarias tres autopistas (Bilbao-Behobia, Bilbao-Miranda de Ebro y Miranda de Ebro-Malzaga pasando por Vitoria) y dos carreteras nuevas (Beasain-Bergara y Altube-Vitoria).

Unas 500 personas se quedaron sin caserío, vivienda o negocio al construirse la vía
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Obras Públicas consideró que la prioritaria era la Bilbao-Behobia y decidió construirla por tramos, un total de siete. Las obras comenzaron el 26 de mayo de 1969 a cargo de un consorcio integrado por Ferrovial y otras dos constructoras extranjeras y las cajas de ahorros vascas. El año anterior habían recibido la concesión de explotar el peaje de la autopista durante 35 años.

La construcción, como era previsible, no fue sencilla. Hubo que realizar 3.000 expedientes de expropiación, de los que una cuarta parte acabaron en el llamado jurado de expropiaciones e incluso en los tribunales; más de 500 personas tuvieron que quedarse sin caseríos, viviendas o negocios; se hicieron voladuras a 30 metros de núcleos de población; se movieron 400.000 metros cúbicos de tierras por kilómetro, cuando "en una autopista es excepcional que se sobrepasen los 200.000 metros cúbicos por kilómetro", según indica una publicación de la Bilbao-Behobia editada en 1976. La sinuosa orografía, especialmente en Guipúzcoa, obligó a levantar 165 puentes.

La autopista se fue abriendo por tramos. El primero, Basauri-Amorebieta, se inauguró hace 32 años, el 6 de junio de 1971, y tres meses después los coches pudieron circular hasta Durango. La A-8 no llegó a San Sebastián hasta 1975 y su último tramo, hasta Behobia, se concluyó en 1976. Debido a esta apertura escalonada, el tráfico aumentó espectacularmente: de los 2.497 vehículos de intensidad media diaria de 1971 se llegó a 7.191 en 1975. Los incrementos no cesaron en las décadas siguientes y el pasado año se alcanzó una media de 28.000 vehículos diarios, que se espera incrementar a 31.000 cuando acabe 2003.

Los responsables de Europistas, la actual concesionaria, se vanaglorian de que es una de las autopistas con menor siniestralidad. "No hay ningún punto negro donde se concentren accidentes", señala un portavoz. Pero la fatalidad también se acercó a la Bilbao-Behobia el 6 de diciembre de 1991, cuando la densa niebla provocó una colisión múltiple en una recta entre Galdakao y Amorebieta, que afectó a 25 vehículos. Fallecieron 17 personas.

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