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Reportaje:

Una ventana al arte audiovisual

El festival Mínima de Gandia se consolida como referente del cortometraje en vídeo de animación, ficción y experimental

No pueden, ni lo pretenden, competir con la resonancia de los grandes festivales de Madrid, Canarias o Pamplona, pero en cinco años han conseguido hacerse un hueco importante y ser un referente en el mundo del videocortometraje. Virgili Soria y Vicent Almar, diseñadores gráficos de profesión, son los artífices de Mínima, una muestra de cortos en las modalidades de animación, ficción y experimental que nació en Gandia en 1999. Ambos son miembros del Col.lectiu Oscil.lant, "un grupo de personas a las que les unen las mismas inquietudes: cualquier tipo de actividad cultural relacionada con el arte", y que organiza el certamen.

La historia empezó como una especie de broma. El colectivo realizó un corto, y decidió convocar un festival de cortometrajes. Su trabajo era el único participante y ganador absoluto del certamen. "Toda una farsa al más puro estilo hollywoodiense", explica la carta de presentación de Mínima. El año siguiente, esta vez de forma oficial y seria, se organizó el festival con carácter nacional. Medio centenar de trabajos respondieron al primer llamamiento. En 2001 los vídeos presentados a concurso, en las modalidades de ficción y experimental, ya superaban el centenar. El pasado año se introdujo la animación como nueva propuesta y 247 cintas optaron al palmarés (600 euros para el primer premiado y 150 euros para el segundo, en cada una de las tres categorías).

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Ayer se inició la quinta edición de Mínima, con una exhibición de trabajos enviados por la prestigiosa escuela francesa de cortos de animación Supinfocom Valenciennes. En total optarán a concurso 89 cintas, en las modalidades de vídeo de animación, ficción y experimental, con una duración máxima de diez minutos. Las sesiones, abiertas al público, continuarán hoy en el Teatre del Raval, sede del festival, a las 22.30. La muestra se clausurará mañana a la misma hora con una proyección de 19 cortos y la gala de entrega de galardones. Este año, como novedad, en vez de premios en metálico los ganadores en cada categoría recibirán una beca que deberán destinar a un nuevo proyecto. Los trabajos se estrenarán en la edición de Mínima 2004.

"Cada año nos sorprende la respuesta de la gente", comenta Virgili Soria. El presupuesto para cubrir los gastos lo obtienen mayoritariamente de contribuciones de amigos y familiares. Como entidades colaboradoras cuentan este año con ayudas del Institut Municipal d'Activitats Culturals (IMAC) de Gandia y del Institut Valencià de Cinematografia-La Filmoteca de Valencia. De la difusión sin fronteras de las bases se encarga internet, y el buzoneo de más de 800 cartas a particulares y escuelas. Al éxito de asistencia contribuye el fenómeno de la recomendación boca a boca.

Abundan los realizadores noveles. Pero también acuden realizadores consagrados, como Julián Álvarez, Pedro Ballesteros (premiado en los certámenes de Tokio y Finlandia), Begoña Vicario (que obtuvo un Goya al mejor corto de animación), o los realizadores Alberto Ruiz Rojo y Alfonso S. Suárez, presentes en ediciones anteriores. Este año se exhiben obras de Juan Pablo Etcheverry, Daniel Cuberta, Samuel Domingo y Marcela Jardón.

En la próxima edición, Mínima incorporará una modalidad de trabajos realizados para su proyección en la web (vídeos de animación "flash" y cine comprimido). Soria asegura que en la selección no son muy exigentes. Sólo piden que los trabajos contengan tres ingredientes: "un buen guión, una buena interpretación y una buena realización y montaje".

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