Anatomía del colapso viario hacia Francia

Exceso de vehículos pesados, firme irregular, importantes deficiencias de mantenimiento, giros peligrosos a la izquierda o una mala señalización horizontal forman parte del catálogo de deficiencias que ha localizado en la carretera Nacional-II un pormenorizado estudio de la fundación del Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC). Esta vía, dependiente del Ministerio de Fomento, el más importante acceso gratuito en dirección a Europa, ha sufrido un incremento de 5.000 vehículos al día en los últimos dos años. El estudio del RACC alerta de que hay que tomar medidas urgentes de mantenimiento y reforma antes de acometer un desdoblamiento que ya se ha iniciado, pero que no se terminaría hasta dentro de cuatro o cinco años.

El tramo más concurrido de esta vía, el que comunica Palafolls con Girona, soporta actualmente una media de 20.382 vehículos diarios, el 13% de los cuales son camiones. A pesar de que esta cifra de vehículos al día desciende a 15.402 en el tramo Girona-Figueres y a 11.045 en el de Figueres-La Jonquera, los camiones constituyen el 24,22% del tráfico que se dirige a la frontera. Este enorme volumen de vehículos pesados origina rugosidades e imperfecciones en el asfalto.

La señalización horizontal es la más deficiente, según explicó ayer Alfons Perona, de la fundación RACC. En muchos tramos la pintura ha desaparecido y se confunde con antiguas indicaciones. Pero más peligrosos resultan los cruces con giros a la izquierda, donde los coches se ven obligados a una brusca reducción de la velocidad. Algunos están situados en zonas de poca visibilidad. Similar peligro entrañan los tramos con un arcén reducido o el paso de tres a dos carriles en curvas o cambios de rasante. El estudio recomienda reforzar los puentes con elementos de hormigón.

Una de las soluciones urgentes que propone el RACC consiste en ofrecer la gratuidad de la autopista A-7 a los camiones entre las 22.00 y las 7.00 horas. "Seguramente le saldría más barato a Fomento que ampliar la carretera", aseguró Perona. El representante del RACC insistió en el escaso mantenimiento de Fomento: "Es más fácil cortar cintas y hacer inauguraciones que mantener las vías".

Los datos de accidentalidad, que no presentan puntos negros concretos, arrojan un balance de unas 30 víctimas mortales al año, cifra que se encuentra dentro de los límites de las vías no excesivamente peligrosas. No obstante, el estudio advierte de que si no se toman medidas urgentes, el incremento de flujo podría poner a la carretera en el umbral del peligro.