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Entrevista:ZAHA HADID | Arquitecta

"Los ordenadores han cambiado la manera de hacer arquitectura"

Se confiesa muy cansada, pero feliz, casi exultante. No es para menos. Hoy recibe en Barcelona uno de los más prestigiosos premios de arquitectura europea y poco después tiene que coger un avión y hacer varias escalas porque el sábado se inaugura el Centro de Arte Contemporáneo de Cincinatti (Estados Unidos), un edificio que está creando mucha expectación en la profesión. Ataviada con ropa de diseño y zapatos dorados a juego con un espectacular bolso lobulado, Zaha Hadid (Bagdad, 1950) es una mujer elegante , inteligente y de apariencia temperamental que se ha ganado a pulso su prestigio a costa de hacer muchos proyectos arriesgados que sólo en la última década han podido materializarse. Es de las pocas arquitectas a las que se les ha hecho un sitio en el olimpo de la profesión, aunque ella confiesa no saber si efectivamente es la primera mujer arquitecto que construye un museo.

"Me encantaría participar en la reconstrucción de Irak"
"Hay que invertir en infraestructuras que faciliten la vida diaria del ciudadano"

El Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europa-Premio Mies van der Rohe lo recibe hoy por el aparcamiento y terminal Hoenheim Norte, en Estrasburgo (Francia). El presidente del jurado, el arquitecto británico David Chipperfield, señaló ayer que "a Zaha Hadid se la conoce por sus proyectos a gran escala, aunque sean sobre el papel, pero ha ganado con un proyecto pequeño porque el jurado quedó convencido de la importancia de este tipo de arquitectura que, en una zona en las afueras de la ciudad, está pensada para el uso diario de muchos ciudadanos. Nos quedamos impresionados por este proyecto, que tiene unas cualidades gráficas y una fuerza física remarcables".

Pregunta. ¿Interpreta este premio y la inauguración del centro de Cincinatti como el reconocimiento a tantos años de luchas por una arquitectura de riesgo?

Respuesta. Podría ser. He librado batallas en muchos frentes; por ser extranjera en Gran Bretaña, por ser mujer, por hacer cosas extrañas... Pero bueno, todo esto son problemas que tienen el lado positivo de que me he encontrado con mucha gente que me ha apoyado. De todas formas, aún quedan batallas por hacer porque hay mucho conservadurismo que vencer.

P. ¿Las nuevas tecnologías cambiarán la arquitectura?

R. Ya lo han hecho los ordenadores, sobre todo por los dibujos geométricos tan complejos que permiten diseñar. El siguiente gran paso será la conexión entre la construcción y la tecnología digital, sin transición. Será más fácil construir porque podrán hacerse prefabricados.

P. Ha comentado que el Premio Mies le confirma que el riesgo vale la pena.

R. El proyecto de Estrasburgo es pequeño, un aparcamiento y una estación de tren, pero tiene una propiedad mundana, cotidiana. Nos ha llevado mucho tiempo convencer al público y a las administraciones de que se pueden hacer intervenciones no monumentales, no exuberantes, sino modestas. Que conste que me gustan también las cosas exuberantes, pero estoy contenta porque el premio destaca lo importante que es insistir en la calidad de las ciudades y la inversión en infraestructuras que faciliten la vida del ciudadano en su quehacer diario. Hacen falta edificios de calidad que doten a los ciudadanos de espacios cívicos. Es en este sentido que considero que el viaje que hemos hecho en el estudio ha sido difícil e intenso, han sido años de trabajo marginal, una larga carrera, pero ha valido la pena el riesgo.

P. ¿Cómo es el centro de arte que ha creado en Cincinatti?

R. Es relativamente pequeño. No es un museo, porque no tiene colección permanente, sino que es un centro de arte, lo que se conoce como Kunsthalle, que desde el principio está pensado para poderse adaptar a todo tipo de creaciones contemporáneas. Es un edificio que tiene que ser muy flexible para acoger actividades muy diversas, desde exposiciones temporales a proyecciones de vídeo pasando por performances o actuaciones. Además, el edificio combina los espacios de exposición con otros de oficinas. Formalmente, tiene diferentes volúmenes que sobresalen en la fachada. En la planta baja, que es de acceso libre, hemos planteado lo que denominamos una "alfombra urbana", un suelo de hormigón que continúa desde la calle al interior del edificio y desemboca en unas rampas metálicas por las que se accede al piso superior en el que están las salas de exposición, muy flexibles, y que parecen suspendidas sobre el hall.

P. Usted es pintora, ha diseñado el montaje de exposiciones y también ha realizado escenografías para ópera, danza e incluso la del espectáculo Pet Shop Boys World Tour de 1999. ¿Esta mirada amplia sobre la creación contemporánea le facilita el diseñar museos?

R. Mi trabajo es muy diverso y supongo que el hecho de que haya hecho tantas cosas habrá influido en mi forma de pensar y proyectar. El arte contemporáneo, en definitiva, son instalaciones, escenografías, iluminación. Cosas todas ellas relacionadas con el espacio, que se ha convertido en un ingrediente fundamental para los artistas.

P. Además del centro de Cincinatti, también está construyendo un museo de arte contemporáneo en Roma.

R. De hecho, en el estudio estamos haciendo cinco museos. Están el de Cincinatti y el de Roma, pero también tenemos proyectos en Copenhague (Dinamarca), Wolfsburg (Alemania), Oklahoma (Estados Unidos) y en Taiwan. Cada uno es diferente, pero tienen en común la búsqueda de una cierta experiencia espacial y topográfica. El de Roma es un verdadero reto porque en Italia prácticamente no hay centros de arte contemporáneo y en Roma tampoco se ha construido mucha arquitectura contemporánea en las últimas décadas. El museo se instalará en lo que eran unas antiguas casernas militares. Tiene un diseño muy horizontal, por capas, como si fuera una excavación arqueológica.

P. En Barcelona tiene el proyecto de la plaza de les Arts, en la zona de Glòries, que también tiene una estructura muy horizontal.

R. Es una gran explanada pública, a la vez un parque y una plaza con diferentes desniveles. En la parte más baja, cuando alcanza la avenida Meridiana, cambia de pendiente y se transforma en salas de espectáculos. En el interior será un espacio serpenteante poblado de unos 25 cines. La plaza es a la vez el techo del edificio multicines. Es un espacio que tiene que dar cierta continuidad urbana a los diferentes edificios de la zona.

P. ¿Como iraquí, ha tenido problemas en Estados Unidos cuando construía el centro de Cincinatti?

R. No. Hasta ahora no, al menos. Además, soy ciudadana británica. Hay un problema generalizado de entendimiento entre países, pero personalmente no he tenido problemas.

P. ¿Le gustaría participar en la reconstrucción de Irak?

R. Sí, me encantaría. Pero ahora todas las infraestructuras básicas, desde escuelas a hospitales, están destruidas y hay que empezar de cero. Podría ser un proyecto apasionante si se hace con una estrategia y un proyecto que siente bien las bases del futuro.

Zaha Hadid, ayer en Barcelona.
Zaha Hadid, ayer en Barcelona.CARME SECANELLA

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