Piqué destaca el "avance" del PP pese a perder la cuarta parte de sus ediles

La euforia de la noche electoral se ha suavizado con el paso de las horas. La ejecutiva del Partido Popular, encabezada por Josep Piqué, analizó ayer sus resultados en Cataluña y se percató de que, pese al ligero avance de la formación en Barcelona y en Girona, el partido sigue con serios puntos débiles en Cataluña y no sólo en las tierras del Ebro, una zona que ya daban por perdida desde hacía meses. El PP ha logrado 40.000 votos más en estas municipales, pero ha perdido 99 concejales, una cuarta parte de los que tenía.

Una de las primeras cuestiones que han desvelado las estadísticas electorales es que la presentación de más candidaturas no ha sido garantía de lograr más representantes, al menos en el caso del PP. El partido, que afrontaba los comicios del domingo con 522 candidaturas, 32 más que en las municipales de 1999, no ha visto recompensado este esfuerzo en número de concejales electos. Si en 1999 consiguió 447, ahora se ha quedado en 348, casi un 25% menos.

Las mayores pérdidas para el PP se han registrado en Lleida y Tarragona, donde los conservadores han perdido casi la mitad de los concejales que consiguieron en 1999. En el caso de Lleida los conservadores han pasado de 117 a 62 ediles, mientras que en Tarragona han logrado 66 cuando tenían 102. La sangría es especialmente visible en Tortosa, donde los populares, acosados por el impacto del trasvase del Ebro, perdieron cuatro de los seis concejales logrados en 1999. En Girona, en cambio, sólo han perdido seis de los 31 concejales que tenían y en Barcelona dos de los 197.

Pero cuando el recuento se hace en número de votos las cosas cambian. Mientras el descenso de sufragios es muy palpable en Tarragona y Lleida, el incremento es mínimo en Girona, donde han pasado de 15.000 a 16.000, pero sustancial en la provincia de Barcelona, donde han sumado 47.000 votantes a los 247.000 que logró en 1999.

El presidente del PP de Cataluña, Josep Piqué, se aferró precisamente a estas cifras en su valoración de ayer. Según Piqué, el PP ocupa "la centralidad política" en un país que los socialistas están empujando a la "radicalidad". El todavía ministro de Ciencia y Tecnología repitió esta idea hasta la saciedad para convencer a sus correligionarios de que el viraje a la izquierda que ha anunciado Joan Clos para tratar de retener a sus electores en Barcelona "sólo llevará a engordar todavía más a Iniciativa y a Esquerra Republicana". A este último partido lo califícó de "radical".

Pese a la alegría de los populares, que se consideran fortalecidos de cara a las autonómicas de otoño, Piqué mantuvo ayer su habitual silencio al ser preguntado sobre cuándo piensa hacer pública su candidatura para presidir la Generalitat. "Estas decisiones incumben a los órganos del partido", se limitó a responder.