Monteseirín ve "muchas fórmulas" para formar gobierno
Paula Garvín asegura que dará más importancia a las políticas que al reparto de concejalías
Los resultados electorales del domingo dejaron en Sevilla un nuevo mapa político que, en principio, parecía fácil de interpretar: los 14 concejales del PSOE más los tres de IU dan la mayoría absoluta a un pacto de izquierdas. El alcalde en funciones y candidato más votado, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, advierte, sin embargo, de que sus 14 ediles son la "mayoría suficiente" que ha pedido durante la campaña para gobernar sin hipotecas. "Ahora hay muchas posibilidades", apuntó ayer. Paula Garvín, la candidata de IU, se muestra ilusionada ante el reto de integrarse en el gobierno, pero asegura que las ambiciones de poder de su grupo no sucumbirán a algunos apartados de su programa que considera irrenunciables para empezar a negociar.
Alfredo Sánchez Monteseirín sabe que los resultados electorales han puesto la pelota en su tejado y no descarta ninguna posibilidad. Según dijo, su grupo hablará con todos los partidos, "también con el PP". "Vamos a decidir lo que sea mejor para la ciudad, no lo más cómodo para el alcalde ni lo mejor para el PSOE", subrayó Monteseirín.
El regidor en funciones mantiene abiertas las tres puertas que han dejado las urnas: pactar con IU; lanzarse a gobernar en solitario con acuerdos puntuales con la coalición de izquierdas; o reeditar el pacto con el PA, la posibilidad más remota a juzgar por las críticas de Monteseirín a los que han sido sus socios de gobierno.
"Nuestra relación con los socios no ha sido entendida por ellos, pero el PSOE planteaba que era lo que teníamos que hacer y ahí está el resultado", dijo Monteseirín, quien aseguró que él siempre fue partidario de que "cada cual hiciera su trabajo en el gobierno sin que se plantearan las distancias tal como lo hizo el PA". Los andalucistas, a juicio del alcalde en funciones, "se equivocaron" de estrategia.
Monteseirín no quiso pronunciarse sobre la primera hipótesis que parecía desprenderse de los resultados electorales: el pacto con IU. "Ya veremos", se limitó a decir el alcalde, quien entiende que los sevillanos le han otorgado "la responsabilidad para liderar el gobierno". "Podemos trabajar con muchas posibilidades, con muchas fórmulas, buscando el consenso para la ciudad y ofreciéndoselo a todos los grupos políticos", apuntó.
Iniciativa política
"Es evidente e irrenunciable que el PSOE tiene la iniciativa política, que va a administrar en beneficio del interés general y sin ningún tipo de condicionante partidista", concluyó el alcalde, quien interpreta que la victoria de los socialistas obedece al acierto de su gestión durante los últimos cuatro años y que no han influido las críticas al PP en el ámbito nacional. "El PP no se ha hundido, y por tanto lo que ha pasado es que la gente ha valorado muy bien nuestro trabajo", aseguró Monteseirín.
La candidata de IU, Paula Garvín, ve ya a su grupo como parte del futuro gobierno municipal, aunque asegura que aún no ha hablado con nadie del PSOE y que no lo hará antes del jueves, cuando tiene previsto reunirse la dirección regional de IU para marcar las pautas ante posibles acuerdos.
Una vez que se sienten a hablar con los socialistas, IU pondrá por delante su programa y no renunciará a puntos que considera esenciales, como un cambio drástico en la política urbanística -"hay que acabar con las recalificaciones, Sevilla tiene suelo suficiente para construir 50.000 viviendas", asegura-; el impulso de la vivienda protegida y los presupuestos participativos como forma de gobernar -"que se termine para siempre el clientelismo político y los sevillanos recuperen su dignidad, sepan y decidan qué se hace con su dinero", apunta-. Vetar los aparcamientos rotatorios en el casco histórico y luchar por que el metro se haga sin concesiones administrativas serán otras de sus batallas.
Garvin asegura que le importan más las políticas que el reparto concreto de las concejalías. "Que a mí me gustaría ser la delegada de Urbanismo lo sabe todo el mundo", bromeó, "pero mientras se sigan unas líneas me da igual quién lleve cada cosa". Su intención, asegura, es acabar con la concepción de las áreas políticas "como si fueran cotos cerrados". "Cada uno no puede llevar sólo sus áreas. Me voy a meter en todo", advierte, "y quiero que todos se metan en lo mío. Las comisiones de gobierno no deben durar cinco minutos, sino cuatro horas".
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