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Crónica:NUESTRA ÉPOCA.
Crónica
Texto informativo con interpretación

¡Viva el 'Daily Mail'!

Timothy Garton Ash

Mientras periódicos británicos sensacionalistas como The Daily Mail y The Sun despotrican contra la propuesta de Constitución europea como si la hubiera redactado Napoleón y la hubiera ilustrado Adolf Hitler; mientras el nuevo laborismo de Tony Blair empieza a desgarrarse en luchas internas por Europa como les sucedió a los viejos conservadores bajo el Gobierno de Margaret Thatcher; mientras gran parte de la nación política se permite una nueva orgía de polémicas ideológicas, mezquinas, mal informadas y todo lo contrario de británicas (por antipragmáticas y antiempíricas) sobre ese fantasma que llamamos "Europa"; en definitiva, mientras Gran Bretaña sigue tirando piedras contra su propio tejado, la verdadera Europa sigue adelante.

Para los socialistas españoles, federalismo significa cesión y descentralización. Para el 'Daily Mail', un centralismo napoleónico con sede en Bruselas
Tanto el proamericanismo como el gaullismo constitucional de Aznar levantaron polémicas. Durante la guerra contaba con el respaldo de menos del 20%
La verdadera Europa que se ve, por ejemplo, en España, una potencia europea dinámica y cada vez más segura de sí misma. Es un país que va a llegar lejos

La verdadera Europa que se ve, por ejemplo, en España, una potencia europea dinámica y cada vez más segura de sí misma. Éste sí que es un país que va a llegar lejos. Dónde, exactamente, es materia de controversia política interna, sobre todo en vísperas de las importantes elecciones autonómicas y municipales que se celebran hoy. Pero la dirección general hacia la que avanza España es, en su mayor parte, totalmente compatible con lo que a la mayoría de los británicos les gustaría para Europa. El problema es que somos demasiado ignorantes y estamos demasiado mal informados por nuestra propia prensa para verlo.

No es que la ignorancia sobre los mecanismos de la UE sea exclusiva de Gran Bretaña. En un reciente sondeo realizado por el Real Instituto Elcano, el nuevo y activo gabinete madrileño especializado en política exterior, sólo el 1% de una muestra representativa de españoles pensaba que el propósito de la Convención sobre el Futuro de Europa, dirigida por Valéry Giscard d'Estaing, fuera redactar una Constitución europea. El 90% de los interrogados no habían oído hablar de la Convención en absoluto. No sé qué es peor: estar vagamente a favor de la UE pero saber muy poco sobre ella, que parece ser la situación de la mayoría de los españoles, o estar vagamente en contra porque lo poco que se sabe son mentiras, que es el caso de la mayoría de los británicos. Sería interesante saber en cuál de los dos lados se encuentran los más de 100.000 británicos que viven en España: partidarios españoles ignorantes o detractores británicos desinformados.

Como no ha dejado de advertir The Daily Mail, España celebrará un referéndum sobre el tratado constitucional cuando el documento consiga salir de las fauces de la conferencia intergubernamental, la próxima primavera. Porque una de las cosas que The Daily Mail no tiene ninguna prisa en decir a sus lectores es que el texto definitivo del tratado constitucional elaborado por la Convención contará con las modificaciones de 25 Gobiernos nacionales, cada uno con derecho a veto, y después tendrá que ser ratificado por 25 naciones democráticas, después de la ampliación de la Unión Europea, el 1 de mayo de 2004. El referéndum español, que es sólo consultivo, se convocará de forma que coincida con las elecciones europeas de junio del próximo año, pero existen pocas dudas de que ganará el sí. Los principales partidos aconsejarán a los ciudadanos que voten en ese sentido, cosa que la mayoría de ellos iban a hacer de todas formas, aunque tengan escasa idea de lo que dice la Constitución.

La visión de Aznar

Ahora bien, entre el 1% de los españoles que sí saben lo que es la Convención existen algunas ideas penetrantes. El presidente del Gobierno, José María Aznar, tiene una visión europea que, en muchos aspectos, es parecida a la de Tony Blair. Como me explicó en una larga conversación mantenida esta semana, está convencido de que Europa no debe definirse en oposición a Estados Unidos. Una buena relación transatlántica es crucial para nuestra seguridad, sobre todo frente a la amenaza terrorista que la semana pasada golpeó al lado mismo de España, en Marruecos. En este sentido, su visión, como la de Blair, es diametralmente opuesta al gaullismo de Chirac, que concibe una Europa dirigida por Francia, con estrechos lazos que la unan a Rusia y una relación más distante con EE UU. En otros aspectos, por el contrario, Aznar es una especie de gaullista, como también lo es Blair. Cree firmemente que Europa, antes y después de la nueva Constitución, estará formada por naciones-estado: la Europe des patries o des états, que decía De Gaulle.

Tanto el proamericanismo como el gaullismo constitucional de Aznar levantan polémicas en España. Durante la guerra de Irak, contaba con el respaldo de menos del 20% de la opinión pública. La mayoría de los españoles, todavía profundamente marcados por los recuerdos de la Guerra Civil, no querían que sus tropas fueran a luchar a ninguna parte. Para labores de pacificación, sí, pero para luchar, no. Desde luego, no querían que fueran a luchar al lado de Bush y Estados Unidos, un país al que parte de la derecha española no perdona aún del todo que privara a España de los últimos restos de su imperio, hace un siglo, y gran parte de la izquierda no perdona todavía su apoyo tácito a Franco. Aznar desea cambiar estas actitudes tan arraigadas entre los españoles respecto a EE UU y el uso de la mano dura, que considera esencial en un mundo redefinido por la "guerra contra el terrorismo". Durante la guerra, sus modelos fueron Churchill y Lincoln. (¿Hubo algún dirigente político, en el bando de los partidarios de la guerra, que no se inspirara en Churchill?).

Para los socialistas españoles, la vuelta a la democracia tras la dictadura de Franco y el regreso a Europa fueron dos caras de la misma moneda. Por tanto, estar en contra de que siga avanzando la integración europea es estar contra la democracia. La izquierda, en general, es federalista. Pero el federalismo, para ellos, significa proponer, frente a la idea constitucionalmente gaullista que tiene Aznar de una nación-estado española fuerte y unida, la visión de una España federal muy descentralizada, una "nación de naciones", con enorme autonomía para las regiones históricas como Cataluña y un País Vasco asolado por el terrorismo. El federalismo europeo sería el marco en el que más cómodamente podría funcionar el federalismo español. En otras palabras, su federalismo es exactamente lo contrario de la pesadilla que relata The Daily Mail cuando habla del tema. Para ellos significa cesión y descentralización; para The Daily Mail, un centralismo napoleónico en un superestado con sede en Bruselas.

Estas dos concepciones españolas de Europa, la atlantista-gaullista de Aznar y la federalista de los socialistas, son muy diferentes. Pero ambas creen que España es un factor positivo para Europa y Europa para España. Ambas son compatibles con un pro-europeísmo británico de centro-derecha y centro-izquierda, respectivamente. Y la lista de compatibilidades hispanobritánicas puede prolongarse. España desea una identidad europea más fuerte en materia de defensa, sobre todo para las misiones de mantenimiento de la paz en los crispados bordes del continente, pero quiere que esté estrechamente coordinada con la alianza transatlántica. Exactamente la posición británica. España desea una economía europea más sólida, y considera que la clave está en las reformas económicas liberalizadoras. Exactamente la posición británica.

Gibraltar, una mina

Por supuesto, también hay diferencias. Gibraltar es una mina constantemente a punto de estallar en las relaciones estre Gran Bretaña y España. Me han advertido que es posible que la cuestión vuelva a saltar cuando se hable de definir las fronteras externas de la UE en el nuevo tratado constitucional. Además, tradicionalmente, España ha estado siempre mucho más interesada en las grandes dádivas de Bruselas, a través de los fondos de cohesión y estructurales y la Política Agraria Común. Sin embargo, a medida que vaya enriqueciéndose, esa diferencia disminuirá. El PIB per cápita de España es ya el 86% de la media de EE UU el mes de mayo; cuando la UE reciba a 10 países en general más pobres, pasará a ser el 90%. Las empresas españolas ya realizan inversiones importantes en el extranjero.

Sentado bajo el glorioso sol de Madrid, mientras reflexionaba sobre esta colaboración no consumada entre un país soleado que sabe lo que quiere en Europa, pero no tiene poder suficiente para conseguirlo, y un país nuboso que tiene dicho poder, pero no sabe lo que quiere, la solución se me ocurrió de repente. Uno de los dinámicos grupos mediáticos españoles debería comprar The Daily Mail. De esa forma, España tendría un interés directo más importante en Gran Bretaña, y los lectores británicos quizá empezarían a enterarse de lo que ocurre de verdad en Europa.

Traducción de M. L. Rodríguez Tapia

Aznar y Blair, en el 10 de Downing Street de Londres, residencia del primer ministro británico, el pasado abril.
Aznar y Blair, en el 10 de Downing Street de Londres, residencia del primer ministro británico, el pasado abril.AP

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