La cirugía del bienestar
Tecnología y nuevos materiales permiten reconstruir de forma casi perfecta la cara de quien sufre un tumor o un accidente
Un suicida tuvo pánico en el último instante, desvió una pulgada el cañón de su revolver y, en vez de matarse, se voló la cara. Hubo que recomponérsela. A un conductor el parabrisas le rebanó la figura y tuvieron que hacerle lo mismo que al suicida; también sobrevivió y hoy hace vida normal. Una joven "como cualquier otra", según el cirujano, estuvo insistiendo durante meses para que le rectificasen la nariz... Y unos meses después el médico la descubrió en una revista del corazón, vestida de novia, junto al hombre con el que acababa de casarse. Ambos se habían conocido por Internet y ella, según coligió luego el médico, no se atrevía a presentarse ante el amor internauta sin el retoque facial.
"Nos preocupa el incremento de jóvenes que llegan a urgencias por agresiones"
Son tres ejemplos de los miles que hay. Julio Acero, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), señala que esta especialidad quirúrgica se está convirtiendo en "la cirugía del bienestar". Y matiza: "Aunque lo primero es curar al paciente". Lo cierto es que, parafraseando a los clásicos, la cara sigue siendo el espejo del alma hoy más que nunca. "Son muchos miles las personas que al cabo del año, por una causa o por otra, hacen uso de nuestra especialidad", resume Acero.
Pero no todo es estética, evidentemente. La patología tumoral que afecta a la cara, cabeza y cuello -ámbito de actuación de la cirugía oral y maxilofacial- es muy abundante y compleja. Sólo en cáncer de boca se diagnostican al año en España 2.000 nuevos casos de los que unos 400 corresponden a Andalucía. Pero también los accidentes de tráfico y laborales y, últimamente, las agresiones, encuentran un campo abonado en esta parte del cuerpo humano. Juan Manuel Pérez Sánchez, jefe del servicio de Maxilofacial en el hospital Macarena de Sevilla, lo sabe muy bien. "Un problema que hoy nos preocupa más que nunca es el incremento alarmante del número de jóvenes que llegan a los servicios de urgencia con traumatismo facial o de cráneo debido a las agresiones".
Pérez Sánchez acaba de reunir en Sevilla a medio millar de los mejores especialistas del mundo en cirugía oral y maxilofacial. El XVII Congreso nacional de esta especialidad celebrado esta misma semana ha servido para abordar los últimos avances en técnicas quirúrgicas y para discutir sobre el empleo de nuevos materiales. El titanio, por ejemplo, es uno de ellos, aunque hay otros más novedosos, como los "reabsorbibles", que terminan confundiéndose con los propios tejidos. También se trabaja ya con células madre para crear nuevos tejidos y con técnicas de navegación informática que permiten realizar una cirugía menos agresiva -"los enfermos pueden recuperarse en semanas cuando hace no mucho necesitaban meses de convalecencia antes de poder salir a la calle", apunta Pérez Sánchez-.
La mayor esperanza de vida de la población está disparando también la demanda de esta cirugía. Sus aplicaciones son varias; no sólo sirve para resolver malformaciones congénitas craneofaciales, corte en labio superior (leporino) y hendidura del paladar, implantes o desajustes en la mandíbula... Aborda, asimismo, cualquier patología que se presente en la boca. "En la medida que las personas cumplen más años, más enfermedades contraen, y más necesidades terapéuticas tienen", aclara Pérez Sánchez.
Estos magos de la cirugía son capaces de alargar huesos, reconstruir músculos y rehacer órganos que, bien por un accidente bien por una acción tumoral, han desaparecido de la faz del paciente.
La prevención cobra también relevancia en este campo. Tanto Julio Acero como Juan Manuel Pérez Sánchez insisten en la necesidad de acudir al médico de familia si aparece una herida en el entorno de la boca y no termina de cicatrizar. Y es que los tumores cogidos a tiempo se curan en más del 90% de los casos.
Los hábitos saludables contribuirán asimismo a evitar el cáncer de boca y de cuello. En este sentido, evitar el alcohol y el tabaco resulta decisivo.
En un plano puramente estético, los estereotipos sociales incitan a muchas personas a retocarse la cara; los actos quirúrgicos más comunes son para el arreglo de párpados, rectificación de nariz y estiramiento de piel. A este respecto, la cirugía endoscópica (cuando se desplaza una cánula por debajo de la piel sin necesidad de hacer cortes) es innovadora; resulta eficaz, y es escasamente agresiva pues apenas deja más huella que un par de centímetros en el lugar por el que se introduce la cánula. "Lo cierto es que nosotros podemos rejuvenecer 20 años la apariencia de una persona", dice Acero. Para a continuación precisar: "¡Pero ojo! No todos los médicos están preparados para hacer cirugía oral y maxilofacial; como no todo el mundo puede pilotar un avión". "El cirujano maxilofacial", insiste, "además de su formación académica, es especialista en cirugía general, odontólogo y estomatólogo, y acumula, o debe acumular al menos, una gran preparación científica y médica". Acero, que trabaja en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y Pérez Sánchez, reiteran que, si se trata de cirugía estética, ésta debe ser realizada únicamente por médicos especialistas con la formación oficial adecuada y en centros reconocidos.
En el reciente congreso celebrado en Sevilla, los participantes resaltaron el hecho de que, por una u otra causa, cualquiera pueda tener que pasar por una intervención de este tipo. La cirugía oral y maxilofacial puede ser necesaria para un simple implante dental o para abordar una compleja reconstrucción facial en el caso de tumor o accidente. De hecho, hay operaciones que duran un par de horas y otras se alargan más de 15, requiriendo el trabajo de un complejo equipo multidisciplinar, en el que no faltan neurocirujanos, otorrinolaringólogos y dentistas. "En estos casos lo normal es que hayamos tenido que hacerle al paciente una nueva cara", concluye el portavoz de SECOM.
Las caras de Goya
Julio Acero, presidente de SECOM, suele ilustrar algunas de sus conferencias con diapositivas de las pinturas de Goya. "Esas viejas de rostros hundidos... son un buen ejemplo de lo que nosotros tratamos de evitar o corregir". "El envejecimiento propicia pérdida de masa ósea que las nuevas técnicas quirúrgicas permiten subsanar fácilmente", añade.
Una posibilidad más, entre las muchas que existen, según Acero, para conseguir que muchas personas puedan mantener una estética joven, a pesar de su progresivo y lógico envejecimiento.
Los cirujanos maxilofaciales están de moda, no cabe duda. "Aunque de nuestros errores todo el mundo se entere. Nos pasa como con los aviones: vuelan miles a diario, pero si se cae uno...", explica el presidente de la SECOM.
La formación académica, sin embargo, de estos profesionales no admite dudas: es muy sólida. Además de la carrera de médicos que todos han de estudiar, deben dedicar cinco años más a formarse como especialistas. Conocer para dominar cualquier patología que pueda presentarse en el territorio de la cara, cabeza y cuello no debe ser nada fácil. Y todo para conseguir un importante objetivo: resolverle al paciente el problema de la forma menos traumática posible, teniendo en cuenta, claro está, la estética, que, según Acero, "es algo consustancial" al trabajo de cirujano oral y maxilofacial.
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