Aznar reclama "el voto y la confianza" al PP para que "nadie pare España"
"Han querido acabar con nuestra gaviota con malas artes. Está con más fuerza que nunca y va a volar"
"Me habéis dado lo más a lo que puedo aspirar: ser presidente de mi tierra y de España"
"No queremos los tiempos del paro. Pido el voto para la España del trabajo y del esfuerzo"
Los progres simpáticos y 1968
Quizá el escenario le animó. Era la misma sala de un hotel madrileño en la que, hace pocos meses, su esposa, Ana Botella, hizo pública su decisión de "aceptar la invitación" de Alberto Ruiz-Gallardón para dedicarse a la política municipal en Madrid. Esta vez la sala estaba repleta de jóvenes del PP. El escenario lo completaban cuatro grandes carteles con las cuatro cosas que el PP promete a los jóvenes: oportunidades de futuro, empleo, vivienda y seguridad.
El escenario permitía alguna confidencia con la certeza de que sería espléndidamente recibida. Y José María Aznar, en el primero de los tres actos públicos que ayer tuvo para cerrar la campaña, se dirigió a la juvenil concurrencia al grito de: "Soy de los vuestros. Yo también soy joven". Y a partir de ahí les dio tres tipos de mensaje.
El primero es electoral: "Cuando gobernaban los progres simpáticos, hasta 1996, un joven tenía por delante un año de mili, muchos de paro y, si lograba un empleo, le daban un contrato basura". Ahora, se jactó Aznar, "fue el PP quien suprimió la mili", el paro juvenil "se ha reducido a la mitad" y "no hay ningún contrato sin protección social". Incluso comparó la guerra del Golfo (1991) con la reciente invasión de Irak: "Antes, cuando mandaban los progres simpáticos y había que hacer alguna intervención, pues mandaban a los que hacían la mili". Ahora no, porque quienes gobiernan son "gente humilde y sencilla que no van de progres simpáticos por la vida".
El segundo mensaje es ideológico. Les dijo que en 1968 hubo tres revoluciones. "En mayo, los marxistas, que los había y bastantes, quisieron hacerse con el poder, sobre todo en París". Es, para Aznar, la revolución negativa. La segunda, la que "buscaba la libertad", ocurrió poco después. "En agosto de 1968 los carros de combate de Breznev aplastaban a los estudiantes en Praga". Pero la tercera es la buena, la "positiva". Contó que en California, también por esas fechas, "otros jóvenes con las ideas más claras cambiaban el mundo con la mayor revolución, que es la tecnológica". En ese momento sonó un móvil y Aznar aprovechó el incidente: "Esa revolución hace, por ejemplo, que no paren de sonar las llamaditas de los teléfonos móviles".
Por último, pidió a los jóvenes que se metan en política. Pero para "defender sus principios, sus convicciones". No como "los progres simpáticos", que "no tienen principios, ni convicciones, ni equipos. Sólo ambición desmedida".
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