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Blair defiende el ingreso en el euro en pleno debate sobre las condiciones de acceso

"Nuestro futuro económico está amarrado a Europa", afirma el primer ministro británico

El primer ministro británico, Tony Blair, lanzó ayer un gran alegato en defensa del vínculo entre el Reino Unido y Europa y a favor del ingreso de la libra esterlina en el euro, aunque matizó que para ello deben darse las condiciones económicas adecuadas. El Gobierno británico debatió ayer en la reunión del Gabinete los informes presentados por el ministro del Tesoro, Gordon Brown, sobre el grado de cumplimiento de esas condiciones para entrar en la moneda europea. El dictamen definitivo será anunciado el próximo 9 de junio por Brown.

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Es seguro que el dictamen del ministro será: "todavía no estamos listos para entrar en el euro". Pero el asunto de verdad pendiente es hasta cuándo va a seguir Gran Bretaña retrasando el ingreso. Por eso el entusiasmo europeísta de Blair no era ayer casual ni gratuito. Estaba destinado a su ministro Brown, a los aliados europeos y al mercado.

A Brown, para forzarle a aceptar un dictamen lo bastante benigno como para dejar abiertas las puertas a la posibilidad de convocar un referéndum sobre el ingreso en lo que queda de legislatura, que empezó en mayo de 2001 y puede durar un máximo de cinco años. A los aliados clave del continente, para recordarles que, aunque en la guerra se alía con Estados Unidos, en la paz y los negocios Europa es el socio más importante. Y, al mercado, para que no interprete este nuevo aplazamiento del ingreso de Gran Bretaña como una renuncia al euro para siempre o para un periodo muy largo, y evitar así una fuerte caída de la inversión extranjera en los próximos años.

Sus palabras intentaban también dar una imagen de unidad en el seno del Gabinete, constantemente puesta en duda por una prensa con pocos datos concretos que contar sobre la evaluación que realiza el Gobierno. El debate sobre el euro ha reabierto las viejas heridas entre Blair y Brown, que en 1994 competían por el liderazgo del Partido Laborista hasta que ambos pactaron que Blair sería el líder al principio y Brown le sucedería tras el ingreso de la libra en el euro.

Hacia un consenso

Ayer el primer ministro desmintió con un escueto "no es verdad" la información publicada por el diario The Independent que aseguraba que Blair le había ofrecido a Brown su renuncia si, en un plazo corto, el ministro del Tesoro apoyaba el ingreso en el euro. El primer ministro hizo ese desmentido en su rueda de prensa mensual tras lanzar su alegato a favor de la moneda única.

Blair aseguró que está empezando a "emerger un consenso" en torno al euro y que "cada ministro del Gabinete y hoy el Gabinete en su conjunto han hecho claro su apoyo de principio por el ingreso en la moneda única, que es potencialmente benéfico para Gran Bretaña, para el empleo, la industria y el nivel de vida de los británicos". "Además", añadió de inmediato, "cada uno ha dejado claro que esa decisión, por supuesto, tiene que basarse en un riguroso dictamen sobre nuestros intereses económicos a largo plazo". Posteriormente enfatizó esa referencia al largo plazo "y no sólo a los diferentes estados de nuestro ciclo económico", dando a entender que lo importante no es que se cumplan ahora las condiciones para ingresar en el euro, sino que se acaben cumpliendo a largo plazo una vez la libra esterlina esté dentro de la moneda única europea.

Blair defendió con pasión no sólo el ingreso en el euro, sino los vínculos de Gran Bretaña con Europa, una relación atacada estos días con enorme violencia por la prensa sensacionalista y el Partido Conservador con el argumento de que la Constitución Europea que preparan los socios de la UE diluirá los poderes nacionales. "No creo que pueda haber nada más dañino para la influencia británica, para los empleos británicos, para la industria británica, que el hecho de que Gran Bretaña se quedara en los márgenes de Europa".

"No estoy seguro de que la opinión pública esté asentada donde dicen los que se oponen a Europa de manera visceral. Creo que cuando la gente reflexiona se da cuenta de que no es bueno para Gran Bretaña separarse de Europa", añadió. "Es de una importancia vital que Gran Bretaña esté en Europa, discutiendo por el tipo de Europa que queremos, porque el 60% de nuestro comercio es con Europa, la mayor parte de nuestra influencia está amarrada a Europa, el futuro de nuestra economía está amarrado a Europa", subrayó.

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