Las ventajas del pueblo ciudad

En el pueblo más grande de Sevilla se vive muy bien. O al menos en eso coinciden los vecinos de Dos Hermanas que abarrotaban las calles del centro el pasado miércoles, la mañana previa a la inauguración de la feria local. "En el pueblo todo es de ensueño", asegura Alfonso Chaves, un cocinero jubilado que llegó de Badajoz a la localidad sevillana en 1956. "Lo último es este aparcamiento" advierte señalando la entrada del garaje público subterráneo abierto hace dos días. "Aparcamiento público gratuito", se lee en la rampa de acceso. La gratuidad sólo durará un mes y medio, lo que para muchos constituye una medida electoralista.

Sus 101. 988 habitantes convierten a Dos Hermanas en el municipio más poblado de la provincia después de la capital. Y dentro de una década espera rondar los 160.000 vecinos, una vez que haya fraguado uno de los proyectos estrella del alcalde, el socialista Francisco Toscano, que gobierna con mayoría absoluta desde hace 20 años: la urbanización de la dehesa de Valme, 720 hectáreas que unen el casco urbano de Dos Hermanas con la barriada de Montequinto, donde viven 30.000 personas.

La dehesa acogerá la Ciudad del Conocimiento, que incluye un parque tecnológico y alrededor de 12.000 viviendas. Una inversión superior a los 1.200 millones de euros. De momento, Dos Hermanas ya tiene Hospital (el Virgen de Valme), universidad pública (parte de la Pablo de Olavide se asienta en su término) y dentro de cuatro años por sus calles circulará la primera línea del metro de Sevilla. Cuenta con los servicios de cualquier ciudad de tamaño medio, pero no ha perdido algunas de las ventajas de los pueblos.

El precio de la vivienda, por ejemplo, aún no ha alcanzado las cotas desorbitadas de la capital, de la que dista apenas 12 kilómetros. De ahí que se haya convertido en el refugio de muchas parejas jóvenes. Como Yolanda Lérida, de 25 años, que desde hace uno vive en Dos Hermanas con su marido y, ahora también, con su hijo de siete meses. "Hay de todo para el niño, no hace falta ir a Sevilla", asegura. "Sólo falta un trabajo para mí".

El desempleo y la inseguridad son los dos asuntos que más preocupan a los vecinos. Para algunos, la delincuencia de Dos Hermanas es "la normal". Otros, sin embargo, aseguran sentirse ahora más inseguros que hace pocos años. "Se vive bien, pero si sigue creciendo se nos puede ir de las manos, sobre todo en seguridad ciudadana", asegura Manuel Torres, presidente de la asociación de vecinos del barrio de Montequinto.

Dos Hermanas cuenta con una comisaría conjunta para el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local, pero los vecinos se quejan de la escasa presencia policial en las calles. Para la oposición, la inseguridad es también una del las lacras del pueblo y PP, IU y PA prometen incrementar la plantilla de agentes municipales si consiguen desbancar a Francisco Toscano al frente de la alcaldía.

"Se está corriendo la voz, y muchos delincuentes de fuera se vienen a robar a Montequinto", dicen en la asociación de vecinos, desde donde se quejan, sobre todo, de la escasez de policía nacional en los barrios periféricos, algunos de los cuales, como Montequinto, son ya ciudades dentro de la ciudad.

La falta de cohesión entre todos los núcleos urbanos de la localidad es otra de las asignaturas pendientes del gobierno de Francisco Toscano. "Estamos a cuatro kilómetros en coche de Sevilla y a ocho de Dos Hermanas", advierten en la asociación de vecinos Montequinto. "Aquí la gente piensa más en Sevilla, es más fácil ir, está mejor conectado", aseguran. El metro y la urbanización de la dehesa, según los planes del gobierno socialista, serán la solución al problema.