Pasatiempos

Ayer fue un día pleno de posibilidades para los escépticos. Yo misma no sabía si pasarlo amorrada a Internet, tratando de que me cuadraran los muertos ocasionados por el ataque terrorista ocurrido en Riad (aquello más que una tragedia parecía un sondeo electoral), o, siempre en plan navegante solitario, entretenerme con la web de la ciudad de Seattle, que ofrece con todo lujo de detalles imágenes, cifras y resultados sobre el simulacro de reacción ante un atentado terrorista que pusieron en pie con la ayuda de Hollywood. La verdad es que ambas actividades, combinadas, producían un resultado mucho más espeluznante del que imaginaron sus respectivos creadores: estamos rodeados: malos, tontos y malos que también son tontos.

Por otra parte, también podía jugar a ver en gráfico, en la edición digital de este mismo periódico, cómo funcionará el muro que Israel está construyendo para separarse de lo que queda de los territorios palestinos, que sigue ocupando a tiempo completo, mientras Colin Powell sacude la Hoja de Ruta de Oriente Próximo por los confines. Foso, tanque, foso, muralla, foso, tanque, foso. O algo así. Vaya manera estupenda de conmemorar el 50º aniversario del Holocausto.

Sin embargo, tales oportunidades de solaz, aunque sumamente adecuadas para la ciudadanía de nuestro tiempo, palidecían ante lo que, según leí en un anuncio, prometía convertirse en el mayor espectáculo del mundo: "Línea de alta velocidad Madrid-Toledo. El presidente del Gobierno coloca hoy la primera traviesa". Coño.

Soy mayor y he visto de todo. Un dictador inaugurando pantanos y poniendo primeras piedras. Presidentes democráticos inaugurando pantanos y poniendo primeras piedras. He visto hasta a alcaldes elegidos a dedo y alcaldes democráticos inaugurando pantanos y poniendo primeras piedras. Pero nunca vi a nadie mostrar predilección por poner las primeras traviesas que le va pasando Álvarez-Cascos. La verdad es que, con semejante inicio, los suicidas no necesitarán ni arrojarse al tren. Bastará que piensen en cómo empezó aquello.

Creo que el futuro Irak tendrá en Aznar un gran maestro de ceremonias primerizas. Deberían mandarle ya al erial que nos han ofrecido, para que vaya ensayando.