Guerra de Irak

Trabajo en una empresa que tiene contratos con Defensa. Defensa que, según la Constitución, tiene la función de salvaguardar la democracia y la libertad de todos los españoles. Mantengo de forma pública, dentro del derecho que tenemos todos los españoles, posiciones claramente contrarias a la guerra contra Irak.

En estos días ha aparecido una artículo en una revista local de Aranjuez firmada por un miembro del gabinete de prensa del Ayuntamiento gobernado por el PP donde se me desacredita, y por extensión a mis compañeros de trabajo, acusándome de hacer armas para matar niños, entre otras lindezas.

Este hecho no tendría mayor importancia, pues no pasa de una rabieta local.

Lo preocupante es que se trata de una muestra de la política general que está tomando el PP. Se desacredita toda forma de oposición; desde el más galardonado de los directores de cine, pasando por una plataforma como Nunca Máis llegando hasta un trabajador de una empresa de electrónica.

Se está apostando por la crispación como única solución a la mala gestión de problemas tan importantes como la contaminación provocada por el Prestige o la subordinación al Gobierno de Estados Unidos en el caso de la guerra contra Irak.

O volviendo al mundo local es difícil recibir clases de ética de un grupo de concejales como los del Partido Popular de Aranjuez, que de 11 concejales siete están imputados judicialmente por asuntos relacionados con la construcción.