Inseguridad ciudadana
Una de las funciones básicas que legitiman y, por tanto, condicionan la actuación y responsabilidad de un Estado es garantizar, preservar y defender la integridad física de sus ciudadanos, así como la salvaguarda de sus derechos de propiedad. No es preciso reiterar estadísticas ya publicadas para saber que en la Comunidad Valenciana ocupamos los primeros puestos en los índices de criminalidad española. Y no sólo en asuntos de poca monta, según datos de Interior Valencia y Alicante son la cuarta y quinta provincia de España con más grupos mafiosos. Tampoco es preciso recordar que, hasta hace unos meses, el responsable directo de nuestra seguridad, como delegado del Gobierno, era Camps, el candidato popular. Frente a este fracaso del Gobierno y los ayuntamientos populares, que no puede ocultarse falseando ahora las estadísticas -como las del paro- los planes y promesas incumplidos, la ineficacia, sigue siendo la norma y la proliferación de empresas de seguridad privada sitúan a este sector como el de mayor expansión en la economía española ¿Recuerdan aquello que dijo un responsable gubernativo? Sí, lo de que quien quiera más seguridad que se la pague.
Pero, como dijo ayer el candidato socialista en Alicante, Blas Bernal, en un precioso, humano, intimista, discurso que llegó a emocionarme, la seguridad no es una mercancía. Ni siquiera un simple bien público. Un ciudadano que no se siente seguro no es un ciudadano libre. El compromiso histórico socialista con la libertad pasa hoy también por la seguridad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.