El conservadurismo sevillano

De los "Guerreros del Futuro", nominación que hace el Papa de los jóvenes, me permito asociar a los jóvenes sevillanos el nombre de "Los Arqueros del Mañana", entre otras cosas porque es conocido de todos el conservadurismo de Sevilla y, sobre todo, porque aquel apelativo engloba a éste.

En esa Sevilla, no se definen bien las metas, porque no se piensa en necesidades, más bien, se especula con ellas y se intentan trasladar aspiraciones, que no tienen nada que ver con su población real. Es bueno ser ambicioso para la ciudad, lo que no es bueno es ser un visionario de otros habitantes de la misma.

El conservadurismo sevillano ancla cualquier intento de ruptura de las situaciones actuales. Basta con preguntar a los burgueses sevillanos a estas alturas del siglo XXI por tal o cual apellido, para que te desborden con detalles de: hermandades, palacios y relaciones familiares, que conducen a un factor común: todos viven aún de la añoranza del campo, pocos te dan un referente industrial, e incluso los que hicieron su capital, con el noble arte del comercio, tienen un poco de vergüenza al trasladarte las historias de sus ancestros.

Ahora, el tejido generador de riqueza de Sevilla es el derivado del sector servicios primarios, o sea, el eminentemente especulativo y proveedor de satisfacer las necesidades básicas.

Con estos puntos de referencia, ¿qué nos espera de las nuevas generaciones? Sí, aquellas que tendrán a gala que su progenitor fue un cargazo de la Junta de Andalucía. Por que: ¿de qué otra realidad generalizada puede presumir un hijo de Sevilla?

Los "Arqueros del Mañana" al menos deberían tener su cuerda de fibra óptica, si es que quieren pertenecer al ejercito de las ideas de los "Guerreros del Futuro" de Juan Pablo II.