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El responsable técnico sobre contaminación duda de que Rontealde causara el escape

Francisco Javier Uribarri, jefe de Contaminación Atmosférica del Gobierno cuando se produjo el escape tóxico mortal de 1994, mostró ayer sus dudas de que la empresa Rontealde causara el accidente, que causó un muerto y una veintena de heridos. En el juicio que se celebra en la Audiencia de Vizcaya por este caso, Uribarri, el más alto cargo técnico del Ejecutivo en esta materia, calificó de "precipitada" la decisión administrativa del cierre de la empresa, que se produjo el mismo día, "sin saber qué pasaba".

El responsable de Contaminación, puesto que ocupó entre 1991 y 1999, dijo que el Ejecutivo centró sus actuaciones en Rontealde y añadió que en la zona metropolitana había otras factorías que eran "grandes focos emisores" de dióxido de azufre, como Altos Hornos de Vizcaya, Petronor o la térmica de Santurtzi.El jefe de Contaminación Atmosférica avaló en parte las tesis de la defensa de los tres procesados -el director de Rontealde, José Elizalde, y sus jefes de Producción y Mantenimiento, Koldo Iturriarte y Mariano Ruiz-, que asegura que la planta funcionó con normalidad el 21 de octubre de 1994 y que no hubo ningún escape. "En este caso, como en otros, tener las cosas claras no es fácil", declaró Uribarri.

Hasta ahora, el alto cargo no había expresado estas dudas en sus declaraciones al juzgado, como recordó el abogado de la acusación particular de Ekologistak Martxan. A pesar de su testimonio de ayer, Uribarri se ratificó también en un informe del Gobierno vasco en el que culpa de las emisiones de aquella fecha a Rontealde, aunque no compartió las afirmaciones de dicho documento sobre la falta de colaboración de la empresa en las investigaciones. Aseguró que su área "siempre" había tenido una "interlocución fluidísima" con la empresa química.

El responsable de Contaminación Atmosférica sí admitió que Rontealde incumplió el protocolo firmado de avisar al Gobierno cuando arrancaba la planta para comprobar si las condiciones meteorológicas lo aconsejaban. "Tenía que haber hecho el preaviso", manifestó.

El entonces viceconsejero de Medio Ambiente, Xabier Garmendia, testificó que el Ejecutivo, si

hubiera existido el preaviso, habría denegado el permiso para arrancar la planta debido a las condiciones climáticas. Aquel día no era propicio para la dispersión atmosférica de las emisiones, por lo que "los técnicos no hubieran dado el permiso para arrancar ante el riesgo que ello supondría para la salud de los vecinos", afirmó.

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"Convicción racional"

Garmendia sostuvo que el Ejecutivo tenía "la convicción racional" de que la causante del escape fue Rontealde, aunque reconoció que no existe ningún informe técnico concluyente. El ex viceconsejero, quien en reiteradas ocasiones recurrió al "no recuerdo" al ser preguntado sobre datos y reuniones, afirmó que la relación de la Administración con Rontealde "históricamente no había sido fluida", pero no pudo precisar si la empresa colaboró en la investigación del incidente, pese a varios informes que hablaban de falta de ayuda y retraso en la aportación de datos.

El director de Salud Pública, Iñaki Eguileor, aseguró que era "atribuible una relación causa-efecto" entre los problemas respiratorios de los afectados y el escape de dióxido de azufre. En la sesión de ayer también declararon dos de los cinco jefes de turno de Rontealde. Pese a que uno de ellos reconoció ser el máximo responsable técnico de la empresa cuando no estaba su superior -el procesado Iturriarte-, ambos dijeron que desconocían el protocolo sobre el preaviso al Gobierno en los arranques de la planta.

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