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La incertidumbre en el textil provoca la caída en picado de las horas extras

La empresa Santonja suspende pagos y despide a 69 trabajadores

La incertidumbre que atenaza al sector textil se ha traducido en una drástica reducción de las prolongaciones de jornada y las horas extras. No hay datos oficiales porque las horas extras suelen pagarse en dinero negro. El problema reside en que la inmensa mayoría de trabajadores habían llegado a considerar habituales esos ingresos en un sector que emplea al 80% de la población activa de La Vall d'Albaida, El Comtat y L'Alcoiá.

Francesc Molina, de CCOO, confirma que las horas extras se han reducido a situaciones excepcionales para afrontar pedidos urgentes, un indicador claro de la incertidumbre del sector textil y de la caída de la actividad industrial en las comarcas centrales. "Aquí era habitual ver los sábados por la mañana e incluso algunos domingos los polígonos industriales en pleno funcionamiento pero desde el segundo semestre del año 2002 la bajada ha sido progresiva", añade Molina. Muchos trabajadores habían llegado a asumir como habitual unos ingresos extraordinarios en torno al 40% de su salario habitual.

Un portavoz de la patronal confirma que el sector no está pasando "por el mejor momento". Y atribuye la coyuntura a la competencia de terceros países con costes de producción más bajos y, principalmente, a la crisis internacional de mercados que ha paralizado la exportación. El 40% de la producción textil se destina al extranjero.

Javier Aparicio, presidente de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval) en la Vall d'Albaida, concede que se han reducido las horas extras, pero asegura que se trata de una medida preventiva para evitar la destrucción de empleo. "Antes de las extinciones de los contratos se opta por reducir las horas extras", dice Aparicio.

El presidente de Ateval en la comarca considera que se trata de un problema coyuntural que se superará una vez se reactive el comercio con el exterior. "Tenemos buenas expectativas ahora que ha finalizado la guerra de Irak", sugiere Aparicio, que extiende la incertidumbre a todos los sectores manufactureros.

La caída de las horas extraordinarias va acompañada de la ausencia de renovación de contratos eventuales, dos síntomas claros de la fragilidad del sector.

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La destrucción de empleo es el último recurso, pero las empresas más débiles empiezan a caer.Santonja SA, dedicada a la producción de textil hogar, presentó la suspensión de pagos ante el juzgado e inmediatamente trasladó a Trabajo un expediente de extinción de empleo de los 69 trabajadores de la plantilla.

Manuela Pasqual, de CCOO, considera insólito que se tramiten los dos procesos a la vez y denuncia "una falta absoluta de transparencia por parte de la dirección". Empresa y trabajadores disponen ahora de un mes para alcanzar un acuerdo. En caso contrario, la Generalitat decidirá el futuro de los 69 trabajadores de Santonja.

El sindicalista Francesc Molina pide prudencia a la Administración para no precipitar nuevas suspensiones de pagos, en menos de un año se han presentado cinco. El empresario Javier Aparicio, sin embargo, reduce el caso al fin de un ciclo vital.

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