_
_
_
_
Crítica:CRÍTICAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Luminosas leyes de la comedia

Comedia viva y de contagiosa gracia. Bien abierta, yendo al grano sin paja ni dilaciones; mejor desarrollada, a través de una peripecia bien vertebrada y de circunloquios no arbitrarios, sino muy funcionales, y magníficamente cerrada, por un par de inventos argumentales cruzados con gran soltura, veloces e inesperados, Mi mujer es una actriz lleva dentro un trabajo jugoso y experto, aparentemente liviano -pero en realidad, concienzudo y lleno de buenos cálculos invisibles- del todoterreno, actor, guionista y director francés Yvan Attal.

Es Mi mujer es una actriz una comedia libre, airosa, bien hecha, de las que se ajustan a las -incombustibles y siempre sutiles, enrevesadas, llenas de recovecos y engrasadas con buena malicia- viejas leyes de este género, que no sé qué incorregibles miopes siguen considerando un género menor, cuando es, con mucho, el más escurridizo y difícil de dominar de todos los patrones de cine genérico.

MI MUJER ES UNA ACTRIZ

Dirección y guión: Yvan Attal. Intérpretes: Charlotte Gainsbourg, Yvan Attal, Terence Stamp, Noémi Lvovski, Laurent Bateau, Ludivine Sagnier, Lionel Abelanski, Keith Allen. Género: comedia. Francia, 2003. Duración: 93 minutos.

Bien sabe esto Woody Allen, que en el tramo final de su obra ha desembocado, desde trabajos previos más autorales, en el inefable territorio de la pura comedia clásica y que, dentro de este territorio, está dando lo más suyo de sí mismo. Y lo sabe también Attal, al que se le ve en Mi mujer es una actriz respirar la manera en que Allen está abriendo caminos de hoy en este viejo territorio, tan recorrido y, sin embargo, tan por recorrer.

Sabe Attal, como guionista y director, atenerse a estos antiguos modelos formales sin caer nunca en la arqueología, y, como Allen, deja que se deslice el bonito -no nuevo, pero tratado por él de manera que crea la impresión de serlo, por seguir una de las leyes formales de toda verdadera comedia: la primacía del cómo sobre el qué- hallazgo que alimenta la trama y sus enredos y los lleva a lugares de todos, pero no comunes; codificados, pero no sabidos; previsibles, pero no decepcionantes.

Escenas como las del desnudamiento colectivo en el plató de rodaje; las dos de peleas de Attal con el judío impertinente; las varias escenas que dejan ver consumado conocimiento de los escondrijos mentales de la vida privada de los actores; el rescate de la paradoja molieresca -empleada por el gran Ernst Lubitsch en Ser o no ser- del actor que finge estar fingiendo; estos y otros rizos e inventos nos ponen dentro de la paradoja de un mecanismo de relojería lleno de azares, la conversión del azar en necesidad, ley medular de la comedia, que Attal emplea con sabiduría, dejando que su estrella, Charlotte Gainsbourg, vuelva a demostrar que es lo mejor que ha hecho su célebre mamá, Jane Birkin.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_