La ONU critica el impacto social del muro de Israel en Cisjordania
El muro de 147 kilómetros que Israel ha empezado a construir para separarse de ciertas áreas de Cisjordania tendrá efectos devastadores sobre las poblaciones palestinas vecinas, aislará a 12.000 de sus habitantes y fijará sobre el terreno una frontera no reconocida por la comunidad internacional, asegura un informe de la ONU hecho público ayer. La medida de separación forzosa, que se impone por un inapelable sistema de confiscaciones impuestas, sesgará el tejido económico, social y político de las zonas afectadas. Israel inició el año pasado la construcción de un complejo sistema de "muros, vallas, trincheras y alambradas", para escindirse de las ciudades palestinas más próximas, en un intento por frenar la ola de atentados.
Las conclusiones de un grupo de expertos describen un panorama desolador. El coste del proyecto es de 1.250 millones de euros. El muro, dice el informe, "no coincide con la Línea Verde [la frontera de 1967]. En algunos sitios se adentra seis kilómetros en Cisjordania. Como resultado, diez asentamientos israelíes y aproximadamente 12.000 palestinos en 15 pueblos y aldeas se encuentran del lado oeste de la separación [el lado israelí]. Estas comunidades quedarán de hecho separadas del resto de Cisjordania y se convertirán en bolsas palestinas aisladas. Sus habitantes no tendrán acceso a sus tierras, sus lugares de trabajo, sus escuelas, sus centros de salud y otros servicios sociales".
Una medida temporal
La ONU recuerda que los acuerdos interinos de 1995 especifican claramente que durante las negociaciones ninguna de las partes "podrá cambiar el status de Gaza y Cisjordania. (...) El Gobierno de Israel asegura que la construcción del muro es una medida temporal y, por tanto, acorde con lo pactado. Sin embargo la extensión y naturaleza de la construcción, su coste y, en particular, su emplazamiento dentro de Cisjordania, tiene implicaciones mucho más permanentes para los palestinos".
Las medidas de seguridad impuestas por los israelíes incluyen "muros de profundidad" por los que sólo se podrá acceder a través de unos cuantos puestos de control. "El muro aislará, fragmentará y en algunos casos empobrecerá la zona. Cruzará carreteras, sistemas de riego, y formará una barrera entre los palestinos y sus tierras de cultivo". El impacto se notará mucho en las zonas agrícolas relativamente prósperas de Tulkarem y Qalquilia que podrían quedarse sin servicios sociales, comercio e inversiones. Los propietarios sólo tendrán acceso a sus tierras a través de "26 lugares de paso", controlados por el Ejército, que deberán cruzar a pie o en burro.
El Comité de la ONU también critica el proceso de confiscación de las tierras donde se construye el muro. "La propiedad privada es confiscada siguiendo órdenes militares". Los palestinos sólo tienen una semana para recurrir la decisión del Ejército. "Pero hasta ahora ninguno de los recursos presentados por los propietarios ante la Corte Suprema ha sido aceptado", resalta el informe.
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