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Entrevista:ROMANO PRODI | Presidente de la Comisión Europea | LA POSGUERRA DE IRAK | Relaciones transatlánticas

"Si hay una política europea común, EE UU la respetará"

Carlos Yárnoz

El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi (Scandiano, 1939), se encuentra estos días en el ojo del huracán. De un lado, porque las graves divisiones internas en la UE salpican la labor diaria del Ejecutivo comunitario y las relaciones entre Europa y Estados Unidos. De otro, por los intentos de algunos grandes países para debilitar el papel de la Comisión a través de la futura Constitución europea.

Pregunta. ¿Cree que se puede hacer una primera Constitución para Europa cuando la UE está dividida?

Respuesta. ¿Por qué no? La Constitución está planteada para el futuro, no para el pasado. Durante la cumbre de Niza (diciembre de 2000), por ejemplo, hubo una grave crisis y, sin embargo, allí se plantaron las bases para redactar una Constitución.

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P. Las últimas propuestas del presidente de la Convención, Valery Giscard d'Estaing, le han molestado mucho porque debilitaban el papel de la Comisión.

R. Yo no lo diría en esos términos. Mantenemos nuestra perplejidad sobre la propuesta de una presidencia estable en la UE. En el fondo, parece que pretenden crear un doble poder ejecutivo, en la Comisión y en el Consejo. Con competencias similares, habrá riesgo de enfrentamientos y conflictos entre las dos instituciones, así como de duplicación de administraciones. Lo importante para nosotros es preservar la unidad de acción de las instituciones manteniendo el modelo comunitario. Además, nosotros defendemos que en la Comisión haya representantes de todos los países, de forma igualitaria, con respeto al principio de que la UE es una unión de pueblos y de naciones. Por eso, los países pequeños deben ser respetados y tienen que estar representados.

P. ¿Sospecha que hay un intento claro para debilitar la Comisión?

R. Quizá algunos, aunque todas las declaraciones van en sentido contrario. Y sabemos que no es ésa la voluntad de la mayoría del Presidium de la Convención. Son las tres instituciones (Parlamento Europeo, Consejo y Comisión) las que deben salir reforzadas.

P. La división en Europa parece beneficiar sólo a EE UU.

R. No hay oposición entre intereses americanos y europeos. Europa es débil sólo porque está dividida. Por ejemplo: los ciudadanos europeos están totalmente a favor de que exista una verdadera política exterior y de defensa en la UE, pero no existen las instituciones adecuadas para hacerlo porque hay divisiones.

P. La minicumbre sobre defensa (Francia, Alemania, Bélgica y Luxemburgo) que usted ha apoyado ha sido un intento, pero sus promotores han dejado fuera a Reino Unido, España o Italia.

R. Los problemas son diferentes. En política exterior hay diferencias para definir qué papel y funciones tendría un ministro europeo de Asuntos Exteriores. En defensa, sin embargo, apoyo que haya un núcleo de países que quieran avanzar más rápido, como ya aprobaron en 1998 Francia y Reino Unido. Fue sobre esa semilla sobre la que se creó la Fuerza de Reacción Rápida, una iniciativa que quedó abierta a todos. Y ahora la minicumbre también será útil si, como se afirma en la declaración final, las puertas se quedan abiertas a los demás y se mantiene el espíritu de coordinación con la OTAN. Si hay una segunda intención y las puertas están cerradas, entonces la minicumbre será muy negativa.

P. Los ciudadanos apoyan una política europea de defensa, pero no quieren que aumenten los gastos militares.

R. Soy un economista y sé los problemas que plantea el presupuesto de defensa. Pero el nivel actual de gasto en defensa no es desdeñable. Los americanos dicen que el gasto militar europeo equivale al 60% del suyo, y que nuestra capacidad de defensa es el 10% de la suya. Si actuáramos coordinadamente, por ejemplo en la política de compra de material militar o en la industrial de defensa, podríamos multiplicar por seis nuestra capacidad en defensa con el mismo gasto. Tenemos cuatro o cinco años para racionalizar las fuerzas y crear una industria europea. Podemos hacer mucho sin grandes incrementos en los presupuestos de defensa.

P. ¿Habrá en el futuro un Ejército europeo?

R. Depende de qué entendemos por futuro. En el futuro próximo, no. Pero en una perspectiva más lejana lo habrá, seguro.

P. Tony Blair, el primer ministro británico, sostiene que esa opción puede desembocar en un enfrentamiento con EE UU.

R. No lo creo. La OTAN es nuestra fuerza y será más fuerte si tiene dos puntos de apoyo. Nosotros somos el segundo.

P. Pero la OTAN no ha jugado ningún papel ni en Irak ni antes en Afganistán.

R. Debido a nuestra debilidad, a nuestra división y a la falta de coordinación entre Europa y EE UU. Una Europa fuerte no va contra EE UU ni contra la OTAN, sino a favor de una mejor coordinación en la Alianza.

P. ¿Pero usted cree que EE UU quiere una Europa fuerte?

R. Creo que va en su propio interés.

P. ¿También en la defensa?

R. También. No creo que piensen que son ellos solos los que pueden arreglar el mundo. Europa desarrolla un buen papel de enlace con países del Mediterráneo, Latinoamérica u Oriente Próximo. La acción conjunta también es muy útil para EE UU.

P. La minicumbre de Defensa es una prueba más de la reactivación del eje París-Berlín que algunos países ven con recelo porque temen que les impongan criterios desde esas dos capitales.

R. La cooperación entre Francia y Alemania es siempre positiva. El problema no es el entendimiento entre los dos, sino la gran división en Europa por la guerra de Irak. La estrategia del Reino Unido y España era totalmente diferente a la de Francia y Alemania. Faltó una posición política común, y la grave y profunda división que se produjo ha creado problemas con EE UU, cuando nuestra relación con Washington es importantísima para la paz y la seguridad. Sin la cooperación entre las dos orillas del Atlántico, la paz es mucho más difícil. Pero a la vez tiene que ser una cooperación entre pares y, una vez más, la única opción es tener una Europa unida.

P. Lo contrario de lo ocurrido a raíz de la guerra de Irak.

R. ¿Por qué hay divisiones en política exterior? Porque está totalmente definida por las iniciativas individuales de los Estados miembros. Si tuviéramos reglas claras para adoptar decisiones comunes, éstas serían respetadas. Por eso somos partidarios de que haya un único responsable de la política exterior europea que sea miembro de la Comisión y responda también ante los Estados.

P. Una vez terminada la guerra, ¿qué conclusión puede sacar la UE?

R. Las divisiones han demostrado que es necesaria más unidad y el ciudadano europeo lo ha entendido así. Es la única conclusión positiva, además de haber visto eliminar una dictadura horrible.

P. Pero no era ése el objetivo de la ONU.

R. La dictadura se ha terminado y eso es algo beneficioso para todos. Ahora, y en beneficio del orden internacional, es prioritario restablecer la autoridad de Naciones Unidas.

P. ¿Está de acuerdo con el deseo de EE UU de levantar las sanciones a Irak?

R. Ahora hay que dar un papel claro a las Naciones Unidas en aspectos clave como la ayuda humanitaria y la reconstrucción del país.

P. ¿Qué entiende por "reconstrucción del país"?

R. Sobre todo reconstrucción política. La material, también, pero la prioridad es la reconstrucción de las instituciones iraquíes con presencia y vigilancia de la ONU, con un arbitraje de la comunidad internacional.

P. Washington prefiere dirigir todo el proceso y que la ONU se limite a la ayuda humanitaria.

R. Yo he dicho lo que pienso al respecto.

P. ¿Cree que con esta Administración estadounidense se podría reforzar el vínculo trasatlántico?

R. Yo trabajo en esa dirección, de forma que la cumbre UE-EE UU del 25 de junio sea un éxito. Hay asuntos delicados, como el comercio o la energía, pero no podemos olvidar que, desde el 11-S, hemos colaborado en campos mucho más difíciles, como la lucha contra el terrorismo. Tenemos que acercarnos, pero sin que nosotros renunciemos a tener una política europea. La amistad será fuerte si cada uno respeta la dignidad del otro. Y si hay una política europea compartida, común, Estados Unidos la respetará. Pero para eso hay que estar unidos.

P. ¿Qué se puede esperar de la presidencia italiana de la UE el próximo semestre?

R. Comparto sus dos prioridades: Mediterráneo y Balcanes. Hay que definir una política clara y abierta para el Mediterráneo y preparar ya la futura adhesión de los Balcanes a la UE. Y además compartimos el objetivo de que la Convención concluya con éxito. Tenemos razones de peso para que la Comisión y el Gobierno italiano mantengamos buenas relaciones y cooperemos estrechamente.

P. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, presidirá la UE mientras sigue teniendo problemas con la justicia.

R. La política del Gobierno italiano es clara y trabajaremos juntos. Es lo único que puedo decir.

P. ¿Volverá usted a la política italiana o seguirá en la Comisión si se lo piden?

R. Nunca he dicho que me reincorporaría a la política italiana, ni me lo planteo ahora. Sólo pienso en cumplir los objetivos que definí para mi mandato en la Comisión.Hemos alcanzado ya enormes progresos. Aquí me queda año y medio, y eso, en política, es un siglo.

Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea.
Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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