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EL CONFLICTO DE SINTEL

La frustrada recolocación de Sintel

CC OO aporta documentos con los rechazos de la Asociación de Trabajadores a las ofertas de empleo

La violencia que estalló el pasado Primero de Mayo en la frente del líder de CC OO, José María Fidalgo, es el epílogo de un conflicto que no se ha sabido gestionar y de una absoluta incomunicación entre las dos partes. La dirección del sindicato cree que los acuerdos de Sintel que firmó el 3 de agosto del año 2001 comprometían la recolocación personal de los trabajadores y no un proyecto industrial conjunto, como piden los responsables de la Asociación. Ésta defendía hace año y medio esa solución a través de un proyecto que no demostró su viabilidad, la empresa rusa Televik, y ahora a través de una sociedad anónima laboral, Sintatrel, con la que pretende dar una salida al problema requiriendo a Telefónica carga de trabajo suficiente.

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Todo ello aderezado con un cruce de acusaciones. La central culpa a los responsables de la Asociación de Sintel de "haber mentido y manipulado a los trabajadores", y recibe como respuesta que "el sindicato ha abandonado a la plantilla", que entre abril y agosto próximo agota el cobro del paro.

Ayer la dirección de CC OO habló públicamente de un conflicto que hasta ahora ha querido mantener como un problema interno. Los responsables de organización, José Luis Sánchez; política institucional, Salvador Bangueses, y política industrial del Metal, Ramón Górriz, aseguraron que el sindicato ha cumplido sus compromisos gestionando con empresas rentables del entorno de Telefónica ofertas con sueldo de convenio y contrato estable, que en principio sumaban 655 y que se ampliaron a 965. De ellas, han sido aceptadas 244, y otros 470 trabajadores se han acogido a las ayudas pactadas en 2001 para prejubilados.

Sus gestiones se inician entre septiembre y octubre de 2001, cuando responsables de esa Asociación y del Metal mantienen reuniones con los directores de Recursos Humanos de estas empresas: Isolux Wat, Reconsa-Retesa, Seirt, ITETE, Liteyca, Cobra, Dragados, Bazaco, Abengoa-Abentel, Elecnor y Comfica. Como resultado, esas compañías ofrecieron 655 empleos.

El 11 de octubre de 2001, la Junta Directiva de la Asociación analiza el resultado de esas reuniones con las empresas y aprueba enviar los currículos para concretar los contratos laborales, con la oposición de Adolfo Jiménez. Al quedarse en posición minoritaria, éste afirma: "Esa asociación no me vale y voy a formar otra distinta", según consta en las actas.

A continuación, cambia los estatutos, modifica la composición de la Junta y elimina la participación de las direcciones de CC OO y UGT. Paralelamente, el 29 de octubre, publica un comunicado firmado por el comité intercentros de Sintel en el que acepta "iniciar negociaciones con la compañía rusa Televik, interesada en comprar Sintel con el objetivo de mantener un proyecto autónomo y único de empresa", y ambas partes firman un acuerdo el 12 de noviembre.

Los responsables de Televik se entrevistan con Telefónica y le exigen un mínimo de 450 millones de euros (entonces, 60.000 millones de pesetas) y un contrato como proveedores de más de tres años, como condiciones previas para contratar a trabajadores de Sintel. Telefónica, en reuniones celebradas el 18 y el 28 de diciembre de 2001, comunica a Televik que su propuesta es "inasumible e inviable".

Una vez se constata que se trata de un proyecto fantasma y su falta de solvencia y de avales, el tiempo ha pasado y ha expirado el plazo para aceptar las recolocaciones. Las empresas contratistas realizan varios requerimientos a la Asociación y al Metal de CC OO advirtiendo de la urgencia que tienen de iniciar los procesos de selección de personal, información que también trasladan a la Dirección General de Trabajo.

Esas empresas y Telefónica también remiten cartas a los trabajadores para que contesten a su ofrecimiento y las respuestas que reciben son de rechazo o pidiendo que se pongan en contacto con la Asociación, que sólo reconoce el proyecto de Televik. Eso supone que, el 13 de marzo de 2002, Telefónica da por zanjados los compromisos y definitivamente se agotan las posibilidades y los plazos de aceptar esos empleos, inicialmente 655 y que se ampliaron a 965.

El 2 de abril de 2002, el secretario general del Metal de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, envía una carta a cada trabajador de Sintel ofreciéndoles la posibilidad de que el sindicato gestione soluciones personales con las empresas. Ahí, 244 personas se buscan su empleo o aceptan esa recolocación.

El resto contesta, a lo largo de abril, con textos idénticos acompañados de pliegos con las firmas del colectivo. Rehusan el ofrecimiento de la central, con este argumento: "Tenemos derecho a equivocarnos con dignidad, no necesitamos salvadores".

El agresor de Fidalgo

La carta de Toxo también la recibió el 11 de abril de 2002 Fernando García Pérez, la persona que el 1º de Mayo agredió a Fidalgo y que está en libertad tras declarar ante la policía. Su misiva de rechazo es igual a la de sus compañeros. García Pérez, tras autoinculparse en público de haber golpeado al sindicalista, dijo el viernes no haber recibido ninguna oferta.

El presidente de la Asociación de Sintel, Adolfo Jiménez, es muy cuidadoso al utilizar las palabras y dice que no se les han "ofrecido contratos". Los contratos sólo se formalizan cuando el trabajador acepta en persona la oferta.

Ahora, constituida la Asociación Sintatrel, sociedad anónima laboral, defiende un proyecto que pasa por recibir carga de trabajo de Telefónica, y "es la mejor solución para 1.200 trabajadores que deben resolver su futuro, tal como fue presentado al Ministerio de Ciencia y Tecnología", según palabras de Jiménez.

El presidente de esta asociación lamenta la agresión a Fidalgo del Primero de Mayo, incidente que en su criterio "no debe enturbiar la negociación futura". Asimismo denuncia la negativa de la dirección de CC OO a atender sus llamadas para estudiar una solución.

Unas disculpas que no aceptan en el sindicato. Para José Luis Sánchez, "la agresión fue intencionada y había una estrategia preparada". En las últimas semanas, se han producido amenazas contra responsables de CC OO y sus familiares, y contra la directora general de Trabajo, Soledad Cordova; se han empapelado domicilios de sindicalistas con carteles que llevan las fotografías de Fidalgo y Toxo bajo la leyenda "Se buscan. Muy peligrosos"; y les han enviado cartas con esquelas que anuncian la muerte de Toxo.

Salvador Bangueses está convencido de que las actuaciones violentas van a continuar. E hizo un llamamiento "a las instituciones que les dan apoyo y a los responsables políticos que les dan cobijo", porque cree que la Asociación de Sintel "prepara acciones espectaculares y el boicoteo de actos en la campaña electoral". Este dirigente no quiso precisar más, pero otros sindicalistas conocen que ayuntamientos de ciudades dormitorio de Madrid han facilitado alojamiento a trabajadores de Sintel procedentes de otros puntos de España durante todo este mes.

Carteles que han aparecido pegados en los domicilios de dirigentes de la central o depositados en sus buzones.
Carteles que han aparecido pegados en los domicilios de dirigentes de la central o depositados en sus buzones.

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