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LA POSGUERRA DE IRAK

Bush vuelve a casa con las tropas

El presidente anuncia desde un portaaviones el fin de los combates

Enric González

George W. Bush quería un póster electoral apabullante, una imagen que le reflejara a la vez como presidente, vencedor y héroe de guerra y galvanizara a su público, en un espectacular arranque de la carrera hacia las presidenciales de 2004. La Casa Blanca decidió romper todos los límites. Bush aterrizó ayer en la cubierta de un portaaviones en movimiento, el Abraham Lincoln, a bordo de un S-3B Viking, un pequeño avión de combate contra submarinos, y se unió a la tripulación en la singladura del vuelta a casa. A las tres de hoy (hora de Madrid), tenía previsto anunciar desde la nave el fin de las operaciones bélicas en Irak.

El mensaje a los estadounidenses resultaba diáfano: Bush retornaba victorioso de sus batallas iraquíes y se había cobrado venganza, una vez más (la primera fue en Afganistán), por los atentados del 11 de septiembre. El presidente-guerrero quería que todos vieran que asumía personalmente la seguridad de sus conciudadanos y que, con él al mando, EE UU sería el agresor, nunca más el agredido. Con muy pocas posibilidades de conseguir un relanzamiento económico antes de las elecciones de noviembre de 2004, George W. Bush necesitaba sacar toda la rentabilidad posible a su buena imagen como comandante en jefe.

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El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, recordó que Bush ya había pilotado aviones de caza. Fue durante su estancia en la Guardia Nacional, gracias a la que eludió todo riesgo de ser enviado a Vietnam. Pero Bush no tomó ayer los mandos. Lo hizo un piloto militar de gran experiencia, y el aterrizaje, forzosamente brusco (el avión tocó pista a más de 230 kilómetros hora y frenó en menos de 100 metros) fue asistido con un cable de seguridad, para evitar el fiasco de que el presidente acabara en el mar. Tras un almuerzo y un descanso, Bush tenía previsto pronunciar desde la cubierta un discurso televisado, con los 5.000 miembros de la tripulación a su alrededor, y pasar la noche a bordo. El Lincoln debería llegar hoy mismo a la costa californiana, tras 10 meses en los que participó en las guerras de Afganistán e Irak. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, anunció precisamente ayer el fin de las operaciones en Afganistán. "Ha llegado el momento en que concluyen los combates de importancia y nos enfrentamos a las actividades de estabilización y reconstrucción", dijo Rumsfeld en Kabul. Unos 9.000 soldados estadounidenses permanecen en el país y siguen registrándose escaramuzas.

Bush a su llegada al portaviones <i>Abraham Lincoln</i> vestido de piloto.
Bush a su llegada al portaviones Abraham Lincoln vestido de piloto.REUTERS
Bush, tras golpearse en la cabeza antes de partir de la Casa Blanca.
Bush, tras golpearse en la cabeza antes de partir de la Casa Blanca.AP

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