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Columna
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Neofranquismo

Se diría que el espíritu del difunto general revolotea por encima de las cabezas de los dirigientes del PP inspirándoles los recientes discursos con que vienen obsequiándonos. Véase, si no, la fijación que han cogido con los comunistas, presentándolos ante la opinión pública como uno de los mayores peligros que nos amenazan. Esta derecha carca y carpetovetónica que representa Aznar está recurriendo a los más manidos tópicos que usaba la dictadura franquista para atemorizar a los españolitos súbditos de aquellos años. También aquí, en el País Valenciano, los de hoy en día súbditos de Aznar, los dirigentes del PP, siguiendo los pasos de su jefe nacional, nos vienen dando la tabarra con las descalificaciones de los comunistas y de quienes se han "aliado" con ellos, los socialistas. España estaría al borde de su descomposición si la conjunción socialista-comunista -o viceversa- alcanzase el poder. La sagrada unidad de la patria se rompería en mil pedazos. Menos mal que el espíritu del general africanista ha descendido para advertirles del peligro y cómo combatirlo: enfrentando a los españoles de bien a la conjunción Zapatero-Llamazares, o viceversa. A lo que no se han atrevido es a sacar a escena aquello de la "confabulación judeo-masónica". Y es natural, porque es en la que Aznar se ha metido, junto con Bush y Blair, para atacar Irak. Y es que los tiempos han cambiado. Aquí se ha plantado el espantajo, se ha vestido el muñeco y han comenzado a apalearlo, invitando al personal a seguir el ejemplo. Palo va, palo viene y en eso se entretienen. El espectáculo resulta conmovedor por lo esperpéntico. ¿Pero qué sentido tiene a estas alturas resucitar el espantajo de los comunistas presentándolo como el gran peligro nacional? Y además lo hacen con un convencimiento y un fervor que en ocasiones -al menos Aznar- parece que hayan perdido el sentido común. Y algo de esto debe haber. Porque tiene bemoles que nos quieran presentar como un peligro -¡ahora!- la opción política que lidera Llamazares. Deben andar escasos de recursos. Posiblemente sea ésta la razón por la cual Aznar anda tan cabreado y con un genio de mil demonios. De demonios históricos, claro.

fburguera@inves.es

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