Lecturas en tiempos de precampaña
"Cada cuatro años pasa lo mismo", comentaba un veterano profesional del libro ante la cercanía de las elecciones y la concurrida comitiva política que ayer inauguró la Fira del Llibre de València con el tradicional paseíllo entre el centenar de casetas ubicadas en los Jardines de Viveros. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, fue la más activa repartiendo besos. Muy efusiva fue con un niño pelirrojo, desafiando su suerte; y tampoco tuvo problemas en saludar a los libreros con camisetas contra la guerra. La alcaldesa señaló que "metida en campaña" es harto difícil leer algo más que el programa, si bien recuerda su estima por Julián Marías. "Siempre se encuentra un momento para la lectura", apuntó el candidato socialista a la alcaldía Rafael Rubio, quien dijo estar enganchado a Javier Reverte y su trilogía de África. "Prefiero leer aunque sean tres páginas a ver cualquier bodrio de Canal 9", comentó el líder EU, Joan Ribó, encantado con la novela sobre Walter Benjamin La última frontera, de Bruno Scarpia. El alcaldable del Bloc, Ferran Puchades, confesó su estima por la literatura de viajes y dice que le espera La via valenciana, de Ernest Lluch. La concejal de Cultura, María José Alcón, dijo estar centrada en buscar lectura para su hija. El consejero de Cultura, Manuel Tarancón, no dudó en recomendar la novela Sombras nada más, del ex vicepresidente sandinista, Sergio Ramírez. La presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, Ascensión Figueres, sugirió Tota d'un glop, de Pasqual Alapont, y los libros de Matilde Asensi.El director general del Libro, José Luis Villacañas, aseguró que va por la segunda de las siete partidas de Alfonso X, el Sabio, mientras el director de la Alfons el Magnànim, Ricardo Bellveser, aconseja Las desventuras de un escritor de provincias, de Vicente Muñoz Puelles.