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ELECCIONES EN ARGENTINA

Menem y Kirchner pelearán por los votos no peronistas en la segunda vuelta

Los sondeos auguran que el candidato oficialista reunirá al electorado contrario al ex presidente

El ex presidente Carlos Menem (24,3% de los votos) y el gobernador de la provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner (21,9%), los dos candidatos peronistas que el 18 de mayo librarán la batalla final para la presidencia de Argentina, han empezado a tender puentes a los candidatos descartados en la primera vuelta de las elecciones del domingo para seducir a sus electorados. Los votos no peronistas, cerca del 40%, decidirán la segunda vuelta, en la que está en juego el futuro del Partido Justicialista (PJ, peronista), muy dividido después de ser un eje fundamental de la vida política argentina de los últimos 50 años.

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La guerra interna del peronismo entre los dos grandes caudillos del partido, Menem y el presidente provisional, Eduardo Duhalde, que no se libró en unas elecciones primarias para designar al candidato presidencial, se dirimirá finalmente en unos comicios generales, con la participación de todos los argentinos, peronistas y no peronistas. Duhalde eligió para ocupar su lugar al gobernador Kirchner, que quedó convertido en el candidato oficialista.

La misma noche de las elecciones, Menem piropeó a alguno de sus rivales, concretamente al ex ministro radical Ricardo López Murphy y a Adolfo Rodríguez Saá, el tercer peronista en discordia, y aseguró que hablaría con ellos. Fuentes políticas indicaron a este diario que Rodríguez Saá viajó ayer a Buenos Aires para reunirse con integrantes del equipo de Menem. En el frente opuesto, el jefe de campaña de Kirchner subrayó la disposición del candidato a "agrandar" su espectro y a "convocar a todos los sectores".

La interpretación, temprana aún, que más eco tuvo ayer en los medios informativos es que Kirchner ganará holgadamente el 18 de mayo al concentrar el voto antimenemista. Las principales empresas encuestadoras señalan que el 60% de los argentinos no votarían a Menem en ningún caso. Estas opiniones coinciden con quienes vaticinan un plebiscito contra Menem en la segunda vuelta, y dibujan un paralelismo con lo ocurrido en Francia en las últimas elecciones presidenciales. Ante el avance de Jean Marie Le Pen en la primera vuelta, el electorado de izquierda, centro-izquierda, derecha moderada e independientes se agrupó contra el candidato ultraderechista.

Buenos Aires

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Menem fue el candidato más votado, con 4,6 millones de papeletas. Ganó en 12 provincias. Kirchner obtuvo la victoria en ocho, pero hay que destacar su triunfo en la provincia de Buenos Aires, que representa el 37,2% del electorado y es el baluarte del peronismo duhaldista. Ahí está incluido el llamado Gran Buenos Aires, con los inmensos cinturones de pobreza que rodean la capital federal, y en los que quedó reflejada lo bien engrasada que está la maquinaria partidaria del sector del Partido Judicialista, fiel al presidente provisional. El otro dato relevante de las elecciones fue el buen resultado obtenido por López Murphy, a pesar de contar con un partido de reciente creación, el Movimiento Federal Recrear, y escasa estructura propia. Ganó en la ciudad de Buenos Aires, tradicionalmente antiperonista, con el 25,8% de los votos, y quedó en tercer lugar en todo el país, con el 16,3% (3,1 millones de votantes). López Murphy ha puesto una primera pica y se perfila como el candidato del futuro para el electorado de centro-derecha. "Acá no termina nada, acá empieza todo", dijo el domingo por la noche. "Ha empezado una larga carrera para construir una alternativa al justicialismo y para luchar contra la mafia, la corrupción, el populismo y las soluciones mágicas". López Murphy ha evitado, de momento, pronunciarse sobre la segunda vuelta.

También tiene motivos para sentirse satisfecha la diputada Elisa Carrió, quien, al igual que López Murphy, abandonó las filas del radicalismo para fundar su propio partido, Afirmación para una República Igualitaria (ARI). Obtuvo el 14,15% (2,7 millones de votos), quedó segunda en la ciudad de Buenos Aires y rozó la victoria en la provincia de Santa Fe. Todo ello con recursos escasos y después de haber perdido el apoyo del Partido Socialista del veterano dirigente Alfredo Bravo. "Piensen ustedes la relación voto y dinero. Inauguramos este partido con el 15% de los votos. No es una cosa menor cuando la mafia sólo puede alcanzar el 24%", dijo en su primer discurso poselectoral. Lilita Carrió ha expresado claramente su rechazo a la candidatura de Menem, aunque de momento tampoco está dispuesta a firmar un compromiso con Kirchner.

El Adolfo, como llaman sus seguidores a Rodríguez Saá, presidente de Argentina durante una semana, fue el peor parado en las urnas. Cantaba victoria después de depositar su voto y quedó en quinto lugar, con el 14,12% (2,7 millones de votos). Barrió en San Luis, donde gobernó durante 18 años, y en otras dos provincias. Le costó aceptar los resultados después de lanzar acusaciones de fraude.

Lejos de los cinco primeros quedó el candidato oficial de la Unión Cívica Radical, Leopoldo Moreau. Sus 449.000 votos (2,3%) fueron el peor castigo que podía recibir el veterano Raúl Alfonsín, todavía líder de un partido histórico en fase de extinción.

Carlos Menem y su mujer, Cecilia Bolocco, saludan desde el balcón de un hotel.
Carlos Menem y su mujer, Cecilia Bolocco, saludan desde el balcón de un hotel.EFE

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