The Rolling Stones y Lou Reed encabezan la oferta musical para el segundo cuatrimestre
Iron Maiden, Camel y Metallica también presentarán en Euskadi sus nuevas canciones
The Rolling Stones son sin duda los artistas más populares que actuarán en Euskadi en las próximas semanas. Llevan cuatro décadas recorriendo el mundo en mastodónticas giras y, aunque sus días de plena forma artística los dejaron ya atrás, su repertorio está repleto de clásicos rockeros y en la memoria colectiva Mick Jagger, Keith Richards y compañía siguen considerados epítomes del lema "sexo, droga y rock and roll". Pero su actuación en San Mamés, el próximo 25 de junio, no es más que la guinda a una programación musical que incluye otros nombres internacionales.
De hecho, The Pretenders abrirá las tres actuaciones que los Stones ofrecerán en España. Así, la admirada voz de Chrissie Hynde también se podrá escuchar en el campo del Athletic de Bilbao, donde el conjunto británico presentará Loose screw, su último disco.
El neoyorquino Lou Reed es otra leyenda viva del rock and roll que recalará próximamente en la capital vizcaína. Concretamente, es previsible que el auditorio del palacio Euskalduna se llene el 20 de mayo de un público ávido por escuchar las últimas canciones del ex Velvet Underground, recogidas en un álbum crudo titulado The raven y basado en la obra de Edgar Allan Poe.
Justo una semana antes, el día 13, el palacio Kursaal será testigo del arranque de una nueva gira española de Goran Bregovic, que recalará en otras seis localidades españolas. El serbocroata presentará Tales and songs from weddings and funerals, un álbum que, según apuntan los promotores de la gira, "refleja una visión mundial donde el tango y el reggae, una banda gitana y una orquesta sinfónica, junto a voces búlgaras y guitarras de rock, representan una paleta de sabores, sentimientos y emociones universales".
Iron Maiden, por su parte, cerrará en San Sebastián el periplo español de su Give me Ed... 'Til I'm Dead Tour 2003, tras haber pasado por A Coruña, Gijón, Barcelona y Madrid. El repertorio clásico de esta leyenda británica del heavy metal, que ya lleva 27 años en activo, sonará el 13 de junio en la plaza de toros Illumbe.
Cerca del coso, concretamente en el velódromo Anoeta, sus compatriotas Massive Attack habrán desgranado su repertorio dos semanas antes, el 31 de mayo. La prioridad del conjunto procedente de Bristol, que siempre ha procurado mezclar música popular y con la contemporaneidad, será presentar las canciones de 100th window, un cuarto elepé que para los responsables de la discográfica Virgin "supone un paso de gigante hacia una electrónica torpe, paisajes psicodélicos, cuerdas árabes y se sumerge en el viejo y profundo dub reggae".
Dinosaurios del rock
Menos vanguardistas son las propuestas de Dulce Pontes y Camel. La vocalista portuguesa cantará el 19 de mayo en el palacio Euskalduna de Bilbao las canciones del conocido compositor Ennio Morricone que constituirán su próxima entrega discográfica. Actualmente, Pontes está grabando ese disco en Roma respaldada por una orquesta dirigida por el propio Morricone. Mientras, Camel, considerados auténticos dinosaurios del rock, actuarán el 14 de junio en la sala Jam de Bergara. Allí retumbarán las canciones que convirtieron al grupo británico, hace ya tres décadas, en leyendas del enrevesado rock sinfónico.
La plaza de toros de Pamplona también acogerá un par de conciertos sonados el próximo mes de junio. El día 13 su graderío será ocupado por los seguidores de Maná, conjunto mexicano abanderado del pop rock latino, cuyo sexto y último elepé es Revolución de amor. Y el sábado 21 esos mismos asientos serán ocupados por los admiradores de Metallica, que han visto cómo la banda estadounidense amortiguaba la furia metálica de sus inicios, en los años ochenta, hasta el punto de grabar sus temas con una orquesta sinfónica. Su nuevo disco verá la luz en junio, se titulará St. Anger y en él volverán a rugir las guitarras eléctricas.
Bandas alternativas
A todo lo referido anteriormente hay que sumar las actuaciones de los cómicos Les Luthiers (18 de mayo), del sonero cubano Compay Segundo (14 de julio) y de los estadounidenses Zwan (22 de junio), nuevo proyecto de Billy Corgan, ex Smashing Pumpkins, en el palacio Kursaal de San Sebastián. Y las del bluesman albino Johnny Winter (2 de mayo) y los rockeros Thin Lizzy (21 de junio) en la sala Jam de Bergara. Asimismo, Hedningarna tocará su folk escandinavo el 16 de mayo en el Barakaldo Antzokia e Isaac Delgado azotará con ritmo tropical de cadera de cuantos se acerquen dos días después a la sala Azkena de Vitoria.
Tampoco hay que pasar por alto las escalas en Euskadi de muchas otras bandas punteras, aunque pertenecientes a escenas llamadas underground o alternativas (Ya Te Digo, Turbonegro, Diamond Dogs,...), así como las visitas de artistas nacionales consagrados (Amaral, Malevaje, Raimundo Amador, Chocolate, Agujetas de Jerez,...).
Por supuesto, también es recomendable dejarse caer por el siempre atractivo Festival de Blues de Getxo, que volverá a celebrarse a principios de junio, y por la 64ª Quincena Musical de San Sebastián, que se desarrollará en agosto. Entre ambos eventos, los festivales de jazz de Getxo, San Sebastián y Vitoria coparán las noches de julio con su mezcla de savia nueva y luminarias del género.
Falta de recintos apropiados
Aunque los conocidos componentes de The Rolling Stones, Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charly Watts, lleguen a vislumbrar el arco de la "catedral" del fútbol español, la falta de una infraestructura adecuada para acoger regularmente conciertos de gran formato y aforo continuará siendo la principal carencia del País Vasco.
Lo ratifica Andoni Arzalluz, de Get In Producciones, promotora donostiarra acostumbrada desde hace 11 años a contratar artistas internacionales de primera fila, auténticos superventas. "Realmente necesitamos salas de conciertos con una capacidad de 2.000 a 3.000 personas, carencia que es suplida, sustituida, parcheada, con locales deportivos. Pero necesitamos locales apropiados para desarrollar un buen espectáculo, con buena acústica, etcétera", advierte, destapando el problema de fondo que obliga a pasar de largo a muchos artistas que, de otra manera, recalarían en Euskadi.
Eso sí, en este tema, cualquier tiempo pasado fue peor. "Aunque todavía queda mucho por hacer, en los últimos diez años la industria del espectáculo ha llevado un camino ascendente de profesionalización. Grupos, ayuntamientos, organizadores y demás son cada vez más conscientes de que hay que cumplir una serie de requisitos e inversiones (escenarios, tomas de corriente, equipos, camerinos, seguridad, etcétera) para poder ofrecer un buen espectáculo. Cuando Luar Na Lubre, un grupo de mi oficina, empezó en 1988 les llegaron a ofrecer actuar en un escenario de cuatro por cuatro metros, sin luces. Cuando llegara la noche ya encenderían los faros de los coches aparcados enfrente, y dirigidos al escenario...", rememora Sergio Cruzado, de la productora Gin & Tonic.
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