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Las aseguradoras, a la espera

La recuperación de la Bolsa es clave para la evolución del sector

El sector asegurador, uno de los más duramente castigados por su elevada exposición en Bolsa, no saldrá del túnel hasta que haya una recuperación de los mercados y de las principales economías, según los expertos. El desplome de los valores ha dañado muy seriamente las carteras de inversión de las aseguradoras, con abultadas pérdidas.

Si la economía reverdece y las bolsas cambian de tendencia suavemente, los seguros de vida y los planes de ahorro se beneficiarán
La estrategia inversora ha tenido un elevado coste en rentabilidad y solvencia, pero los analistas destacan que ha sido prudente
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¿Y ahora qué nos espera?

El sector asegurador será de los primeros en reaccionar a la deseada recuperación de los mercados financieros. Si la Bolsa sube, las carteras de títulos de las aseguradoras minoran sus pérdidas liberando recursos por unas menores provisiones y, como consecuencia, aumentarán su valor y fortalecerán la solvencia. Asimismo, cuando los tipos de interés empiecen a subir, las compañías aseguradoras, que cuentan con importantes carteras de renta fija, incrementarán el margen de negocio.

Esta relación simétrica convierte al sector de seguros en un indicador de la salud económica y financiera mundiales, de ahí la importancia que tiene que el fin de la guerra en Irak pueda dar lugar a una mejora de las perspectivas macroeconómicas, acompañada de una subida de las bolsas.

"Los mercados van a jugar un papel importante en la recuperación de la economía mundial, además será un factor de estímulo al consumo cuya recuperación dependerá de la Bolsa. En la medida que desaparezca el factor de incertidumbre de la guerra habrá una recuperación de los indicadores de consumo en los Estados Unidos y, algo más lento, de la producción manufacturera. Somos moderadamente optimistas", declara Alfonso García Yubero, economista de Banco Urquijo.

Los escenarios

El banco de negocios Crédit Suisse First Boston maneja dos escenarios para el sector. "Vemos un escenario similar al de Japón, con las rentabilidades de la deuda a largo plazo cayendo a niveles del 2%, y las bolsas moviéndose lateralmente durante varios años. En este escenario el sector de vida sufrirá de forma significativa, mientras que los sectores inmobiliario y de siniestros aguantarán la tormenta. Si la economía se recupera y las bolsas cambian de tendencia suavemente, los seguros de vida y los planes de ahorro se beneficiarán. Los primeros en beneficiarse serían los productos más sensibles a la base de capital, como los seguros de vida vinculados a fondos de inversión (united-linked) y los fondos de inversión. Después les seguirán aquellos productos más tradicionales, algo más rezagados hasta que la recuperación económica parezca sostenible y las rentabilidades de la deuda pública vuelvan a subir".

El fin de la guerra contra Irak es una incertidumbre menos para una recuperación -"gradual", matizan los analistas- de la inversión, pero no prevén que ello suceda inmediatamente; en el mejor de los casos, podría suceder en el último trimestre del año. En Estados Unidos los factores psicológicos que se arrastran desde el 11 de septiembre podrían diluirse tras la guerra y empezar a mejorar los beneficios empresariales y la demanda interna. No obstante, la principal economía mundial debe corregir sus graves desequilibrios presupuestario y de balanza de pagos.

"El fin de la guerra ha contribuido positivamente a las expectativas económicas, pero la economía estadounidense arrastra importantes problemas estructurales como elevados déficit público y por cuenta corriente. Aunque el fin de la guerra haga desaparecer un escenario recesivo, tampoco prevemos una etapa de expansión y de gloria", afirman en el servicio de estudios de Caja Madrid.

Según la firma de análisis Global Insight, la corta duración de la guerra permitirá que la economía de EE UU crezca este año un 2,6% y estimule la producción y el consumo.

La revista especializada BusinessWeek ha elaborado un ranking con las compañías que integran el índice S&P 500 utilizando criterios de beneficios, ventas, rentabilidad para los accionistas y apalancamiento financiero en los últimos tres años. De las 23 aseguradoras del índice, sólo cuatro (Progressive, Aflac, Marsh & McLennan y Metlife) fueron incluidas en las 100 primeras empresas, el grupo considerado de excelencia financiera.

Estrategia conservadora

El desplome histórico de los índices bursátiles ha dejado al descubierto la vulnerabilidad del sector asegurador a los vaivenes de los mercados financieros, donde invierten a largo plazo una parte sustancial de las primas que ingresan. "Las operaciones de los bancos y aseguradoras son particularmente sensibles al crecimiento económico, movimientos de los tipos de interés y comportamiento de la Bolsa, creemos que los resultados estarán dominados por cambios en esos factores macroeconómicos".

La estrategia inversora ha tenido un elevado coste en rentabilidad y solvencia para las aseguradoras, pero los analistas destacan que ha sido prudente y conservadora, que ha eludido sectores especulativos y que nadie pudo prever un desplome de los mercados tan salvaje y generalizado y, además, que las posiciones inversoras de las aseguradoras son a largo plazo.

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