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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Dos fracasos

Ni siquiera los mensajes oficiales más triunfalistas que empiezan a emitirse como reclamo electoral pueden ocultar la evidencia de que la política económica del PP ha fracasado en un aspecto que afecta al bienestar de las familias españolas: el precio de la vivienda y su efecto sobre el ahorro. Los sucesivos recortes del IRPF han servido para que los españoles tengan más renta disponible, pero no para que ahorren más. Todos los indicadores demuestran que las familias soportan tasas muy elevadas de endeudamiento y sufren estrecheces por tal causa. La última estadística conocida, la de la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios, revela que más del 55% de los españoles tiene algún crédito que pagar y que sólo el 19% de los encuestados puede permitirse ahorrar a fin de mes. No es casualidad que buena parte de la asfixia financiera familiar se deba a la vivienda. El 36% de los créditos son hipotecarios y los españoles destinan al pago de la vivienda casi la mitad de su salario bruto. Los tímidos intentos del Ministerio de Fomento para articular medidas de estímulo al alquiler o para frenar el crecimiento incesante del precio de los pisos se han saldado con fracasos rotundos.

El mercado de la vivienda no va a cambiar porque se apliquen los miniestímulos fiscales que propone el Gobierno para el alquiler y que hoy se aprobarán en Consejo de Ministros. El crecimiento asfixiante de los precios, el raquitismo del alquiler y la escasez de viviendas protegidas sólo puede resolverse ya con actuaciones de cierta profundidad y mediante acuerdos que impliquen al Gobierno, a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos en la dura tarea de abaratar el suelo, favorecer de verdad la construcción de viviendas de protección oficial (VPO) y extender los incentivos al alquiler, a arrendadores y arrendatarios.

En este sentido, el compromiso de vivienda del PSOE, expuesto el miércoles por Rodríguez Zapatero, constituye una vía aceptable de objetivos. Reducir en un 30% el esfuerzo de las familias para el pago de vivienda, garantizar que el 25% del suelo se destinará a las VPO o que el 30% de las viviendas protegidas se reservará para jóvenes son propósitos en la dirección acertada. Pero el PSOE debería detallar ahora qué políticas financieras y fiscales va a aplicar para conseguir tales logros. La presión de los precios de la vivienda sobre el bienestar de los ciudadanos es tan agobiante que el partido que proponga soluciones plausibles para este problema habrá encontrado sin duda una de las claves de éxito electoral.

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