Sabor añejo
Lo primero que asalta al espectador de este filme trasnochado, menor en la más amplia acepción del término, es la duda de si está contemplando una película rodada hoy o, en cambio, uno de aquellos productos terroríficos hispanos hechos a comienzos de los setenta, un título cualquiera de León Klimovsky, Amando de Ossorio, Carlos Aured, por no decir ya Jesús Franco. Se parece a ellas en algunas cosas: en que juega sobre temas similares (viejas leyendas, muertos y venganzas), en que su diseño de producción es discreto, por ser benévolo; y en que, junto a actores veteranos y conocidos (González, Cuervo), incluye también a otros mucho menos fogueados (léase más inhábiles) y, en algún caso, en papeles y performances completamente equivocados: sirva como ejemplo Carlos Sobera.
PACTO DE BRUJAS
Director: Javier Elorrieta. Intérpretes: Ramón Langa,
Carlos Sobera, Bárbara Elorrieta, Rodolfo Sancho, Txema Blasco,
Gemma Cuervo, Agustín González.
Género: terror. España, 2003. Duración: 107 minutos.
Pero lo peor no es sólo la pobreza de su guión -basado en una novela de Andreu Martín-, que tal vez en otras manos hubiera dado más de sí. Lo peor es la puesta en escena, exclusiva responsabilidad de Javier Elorrieta: no se la recordará, seguro, por la dirección de actores, ni por el cuidado al componer el encuadre. Con lo cual, una película humilde y añeja se convierte en un desacierto que se apunta a la súbita popularidad que han aportado recientemente al terror hispano un puñado de títulos anteriores. Y, por cierto, las películas de Klimovsky, Osorio y compañía no se tomaban a sí mismas tan en serio.
Babelia
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