Satisfacción de los libreros tras Sant Jordi a pesar del estancamiento del mercado
El mercado de los libros en Cataluña hace tiempo que está estancado. Y Sant Jordi sirve para atraer al público no lector. El de anteayer terminó con un aumento de ventas -entre el 5% y el 7%-, cifras vistas con satisfacción por los libreros. Sin embargo, la facturación anual del libro -situada en torno a los 180 millones de euros- es la misma desde hace una década en dinero constante. Es decir, excepto en la campaña de Navidad, la rentrée de septiembre y Sant Jordi, la venta de libros "está descendiendo" durante el resto del año, recuerda el Gremio de Libreros de Barcelona y Cataluña.
Las ventas de Sant Jordi suponen, de media, el 10% de la facturación anual de las librerías catalanas. Pero tras el aumento de ventas de este año se esconde el hecho de que, al celebrarse Sant Jordi justo después de la Semana Santa, la tradicional venta de los días previos al 23 de abril no se ha producido. "Si comparamos las ventas de este año con las que hicimos los 10 días previos al Sant Jordi de 2002, la facturación es más o menos la misma", señala Guillem Terribas, de la Llibreria 22 de Girona.
El Día del Libro es, como decía anteayer el editor Jaume Vallcorba, de Quaderns Crema y Acantilado, "una buena anomalía". La concentración de ventas hace que editores y libreros tengan que apurar mucho en sus predicciones y pedidos. El miércoles, por ejemplo, uno de los libros más vendidos fue La filla del Ganges, de Asha Miró (La Magrana, en catalán; Lumen, en castellano), sin embargo podría haberse vendido mucho más. En la Llibreria 22 de Girona se agotó la edición catalana a las cuatro de la tarde, explica Terribas, y en el puesto de La Central del Raval, en La Rambla de Barcelona, las existencias se terminaron a las dos del mediodía, dice su director, Antonio Ramírez. Todo esto no impide que al día siguiente se acumulen las devoluciones. De cada cuatro libros de que se ha provisto La Central para montar sus dos puestos, tres serán devueltos.
Otro tema que llama la atención en una jornada tan masiva y nerviosa es el de los libros más vendidos. Santi Ruiz, gerente del Gremio de Libreros, explica que las listas se confeccionan con los datos que proporcionan 50 librerías catalanas consideradas representativas de todo el territorio.
Muchos libreros subrayan que si tradicionalmente Sant Jordi era un día en que se compraban masivamente títulos en catalán, se está empezando a notar un aumento de las ventas en castellano. De hecho, un estudio de la empresa Precisa para el Gremio de Editores de Cataluña indica que en 2002 los 10 libros más vendidos en la comunidad estaban en castellano.
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