El fallido candidato de CiU en Banyoles acusa a la dirección del partido de llevarlo al "abismo"

"Estábamos seguros de ganar la carrera, pero nos ha faltado el dorsal en el momento de la salida". Josep Vicens, alcaldable de la lista de CiU en Banyoles, que no pudo presentarse por culpa de una monumental bronca en los juzgados entre miembros de Convergència y de Unió que finalmente ha impedido a la federación de partidos concurrir a la alcaldía de Banyoles por haber agotado el tiempo legal para ello, resumió la patética situación con este símil deportivo. Tras haber renunciado ya a la militancia de CDC, Vicens dimitirá el próximo lunes como presidente del Consejo Comarcal del Pla de l'Estany. En su primera comparecencia pública para dar explicaciones, secundado por miembros de su candidatura, aseguró que la responsabilidad del fiasco ocurrido en Banyoles hay que buscarla en el empeño de la dirección del partido de imponer a los miembros de Unió Democràtica y en la ruptura de los compromisos que los dirigentes del partido contrajeron con él.

Vicens asegura que aceptó encabezar la lista de CiU con la condición de preparar una candidatura renovada, sin imposiciones y sin ninguno de los actuales concejales. Vicens afirma que el partido tenía conocimiento del conflicto existente en Banyoles y en seis meses no hizo nada para superarlo. "Íbamos directos al abismo", reconoció.

Petición de Jordi Pujol

El que había de ser candidato mantiene que estuvo esperando a que se cumplieran sus condiciones hasta el último minuto, pero lo único que obtuvo, según explicó ayer mediante un escrito, ya que no admitió preguntas, fue la exigencia de que aceptase, entre los tres nombres reservados a miembros de Unió, el de la actual concejal Lourdes Coll. Esta exigencia le fue reiterada pocos minutos antes de cerrarse el plazo de presentación de las candidaturas, según fuentes de CiU, por el propio Jordi Pujol. "No acepté esta imposición", explicó Vicens. Y añadió: "Hemos aguantado bien la presión, no hemos renunciado a los principios".

El político dimisionario admitió que el partido está más debilitado que nunca, pero advirtió de que él y su equipo tienen "la conciencia muy tranquila". Vicens explicó que en los próximos días algunos militantes de CDC se darán de baja del partido como "acto de dignidad". Algunos militantes presentes en la rueda de prensa de Vicens explicaron que hay una docena de personas dispuestas a devolver el carnet del partido inmediatamente y que podrían aumentar. Estos militantes aseguraron sentirse "traicionados" por los cargos de CDC.

Vicens aclaró que no quería entrar en los detalles de la pelea en los juzgados porque sólo mostraba la parte más "esperpéntica" de la situación.

El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, pidió ayer "perdón" a los electores de Banyoles por no haber formalizado a tiempo la candidatura.