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Rusia incorpora un gigante al club de las grandes petroleras mundiales

Yukos absorbe Sibneft y crea la cuarta empresa mundial, con 2,3 millones de barriles diarios

Pilar Bonet

Yukos y Sibneft, dos de las principales petroleras de Rusia, anunciaron ayer una fusión que convertirá la entidad resultante en la primera compañía del país y la cuarta del mundo en el sector. La unión de los dos gigantes, que en conjunto producen cerca del 29% del petróleo de Rusia, es la mayor fusión en la historia del capitalismo en este país, que fortalece así su posición en el mercado mundial de la energía. La operación frena, además, la posible entrada de uno de los gigantes petroleros mundiales que habían mostrado interés por Sibneft.

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"Sin duda, tanto el Estado como los propietarios privados se benefician del surgimiento de una compañía fuerte, ya que esto supone la conquista de una nueva posición en el mercado", dijo ayer el jefe del Gobierno ruso, Mijaíl Kasianov. El nuevo grupo, que llevará el nombre de YukosSibneft, será el primero de Rusia por delante de Lukoil y cuarto del mundo (detrás de ExxonMobil, Shell y BP Amoco y delante de ChevronTexaco y TotalFinaElf) con unas reservas totales de cerca de 19.400 millones de barriles de petróleo y gas y una producción diaria de 2,3 millones de barriles, según datos proporcionados ayer por las compañías. En 2002, la producción conjunta de ambas fue de 103,2 millones de toneladas de crudo (754,2 millones de barriles).

Según el trato, Sibneft venderá a Yukos el 20% de sus acciones por 3.000 millones de dólares. Esta venta será complementada por un intercambio de las acciones restantes de Sibneft por acciones en la nueva entidad de acuerdo con la proporción de 0,36125% de YukosSibneft por cada 1% en Sibneft. Esta transacción dará a los accionistas de Yukos el control del 71,1% de la nueva entidad, mientras los accionistas de Sibneft (entre los que figuran ING Bank, ABN Amro y Deustche Bank) tendrán el resto.

Las reservas certificadas de la nueva compañía ascienden a 18.400 millones de barriles de crudo y son las mayores del mundo en poder de una sola empresa. La capitalización conjunta es de 35.000 millones de dólares, lo que le permitirá abordar ambiciosos proyectos de explotación de nuevos campos y, aparentemente, limitar la participación de empresas extranjeras. En febrero, British Petroleum anunció una inversión de más de 6.000 millones de dólares en TNK. Jodorkovski opinó ayer que la fusión creará un "nuevo potencial" para el mundo de los negocios rusos.

Las dos empresas se caracterizan por diferentes estilos de gestión y habían intentado sin éxito una fusión (Iuksi) en 1998, bajo los auspicios del magnate Borís Berezovski, que se exilió a Londres tras entrar en conflicto con el presidente de Rusia, Vladímir Putin. Mijaíl Jodorkovski, presidente de Yukos, será responsable de la dirección ejecutiva del nuevo grupo, mientras el presidente de Sibneft, Yevgueni Shvindler, será propuesto para liderar la junta directiva.

A diferencia de Jodorkovski, un ejecutivo brillante que gusta de planear ambiciosas estrategias económicas y políticas, Shvidler tiene un perfil público más limitado y se expresa sólo sobre temas profesionales relacionados con el crudo. El hombre fuerte de Sibneft es Román Abramovich, un amigo de la familia del ex presidente Borís Yeltsin, que ahora es gobernador de la región de Chukotka, en el lejano Oriente.

Grandes fortunas

Yukos ha practicado en los últimos años una política de transparencia informativa, haciendo públicas la estructura de su propiedad y las participaciones de sus dirigentes en el negocio, mientras Sibneft tiene una estructura de propiedad más opaca. Sólo el 12% de las acciones de esta compañía circulan en el mercado y se cree que el mayor paquete, un 44%, pertenece a Abramovich. Oficialmente, a Schvidler, le pertenece la insignificante suma de 10 acciones.

Por su fortuna personal, Jodorkovski, de 39 años, y Abramovich, de 36, son los dos primeros rusos situados en la lista de millonarios de la revista Forbes, que para 2002 les calculaba 8.000 millones y 5.700 millones de dólares, respectivamente. Ambos ejecutivos se beneficiaron de las truculentas privatizaciones de los años noventa. Sin embargo, Jodorkovski, un antiguo líder de las juventudes comunistas, se ha esforzado por demostrar que puede gestionar de forma eficaz las prebendas recibidas en tanto que miembro de una élite rusa privilegiada por la Administración de Yeltsin.

A la nueva empresa se incorporarán también las reservas petrolíferas de Slavneft. El 74,9% de las acciones de esta compañía fue adjudicado el pasado diciembre por el precio de 1.860 millones de dólares a Invest-Oil, una firma que actuaba en interés de las empresas Sibneft y la Compañía Petrolera de Tiumén (TNK). La subasta, que debería haber sido una prueba de transparencia, se transformó en una confirmación de que las prácticas viciadas de la época de Yeltsin seguían vivas.

Rusia, que es la segunda productora del mundo después de Arabia Saudí, ha producido 99,4 millones de toneladas de crudo durante el primer trimestre de este año, y los analistas pronostican que este año superará las 379 millones de toneladas que se extrajeron en el 2002. El sector petrolero ruso tiene grandes proyectos tanto para desarrollar el tendido de oleoductos en Siberia, como para convertirse en proveedor de EE UU. Según el presidente del comité de energía de la Duma estatal (Parlamento), Vladímir Katrenko, la fusión hace más probable que el Gobierno ruso se decida definitivamente a construir el oleoducto hasta China, un proyecto en el que está involucrado Yukos. El presidente Vladímir Putin ha integrado la energía en su política exterior y ha lanzado un "diálogo energético" tanto con la Unión Europea como con Estados Unidos.

Khodorkovsky (izquierda) estrecha la mano de Shvidler tras anunciar el acuerdo de las petroleras.
Khodorkovsky (izquierda) estrecha la mano de Shvidler tras anunciar el acuerdo de las petroleras.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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