Las defensas de Indra

En los cuatro años transcurridos desde su privatización, no sólo ha crecido por encima del mercado y de los principales índices de sus competidores sino que se ha convertido en una compañía de referencia internacional en algunos segmentos. Votaciones en la Guardia Civil, elecciones en el Reino Unido y Latinoamérica o los billetes del metro de París son algunos de sus hitos recientes. Hoy se enfrenta a una crisis de la que esperan salir reforzados gracias, entre otras cosas, a sus posiciones conservadoras durante los momentos de alegría.

"Hemos sabido mantener la calma durante las épocas en que otros han hecho compras a lo loco" según el consejero delegado

Indra controla votaciones de la Guardia Civil, elecciones en el Reino Unido, misiles con EE UU, entradas para la liga de fútbol...

Tras la OPV con la que pasó a manos privadas en 1999, el grupo tecnológico Indra ha registrado unos resultados bastante satisfactorios, con una evolución bursátil también superior a la del sector con sólo dos sacudidas en ese periodo. Hace un año su socio de referencia, Thales, -antigua Thomson- con un capital superior al 10% de la compañía, se desprendió del 6%. Más recientemente, el Banco Zaragozano ha reducido también su participación al 0,9%.

El aligeramiento de la cartera en poder de Thales, que era "excesiva", según el consejero delegado de Indra Regino Moranchel, fue un test muy importante "para ver cómo se valoraba una compañía como la nuestra, y se hizo de una manera muy rápida y a un precio elevado". Ahora dispone del 4,2%, "mucho más razonable", y ha anunciado sus intenciones de seguir como accionista de referencia.

Caja Madrid sigue como primer accionista con el 10,7%, y aunque no resulta fácil controlar la titularidad de los paquetes por debajo del 5% al no tener que declararlos, algunas agencias como Bloomberg o bancos de inversión calculan que al menos un 15% del capital está en manos de grandes inversores de Estados Unidos y el Reino Unido. De cualquier manera, Indra tiene un free-float mucho más grande -85,1%- que el que tenía en el momento de la OPV.

Para algunos analistas bursátiles, su vinculación con el desarrollo de las infraestructuras y los presupuestos públicos le resta interés por el momento cíclico actual, ya que se han cubierto gran parte de las grandes obras nacionales. Pero en estos cuatro años la principal empresa española de tecnologías de la información ha crecido de manera "lenta, pero segura" y están convencidos de que gozan de una posición muy favorable para salir reforzados de la crisis actual: "Estamos haciendo esfuerzos importantes por mejorar nuestra oferta, nuestra producción, nuestras entregas... Cuando todo el mundo esta pensando ahora en los costes, nosotros pensamos en el futuro, en cuál va a ser la demanda de tecnologías de la información en los próximos años", señala Regino Moranchel. "Saldremos reforzados porque los grandes clientes se plantean en este momento ser mucho más selectivos con los proveedores. En cualquiera de los grandes sectores seremos un jugador más importante al final de la crisis de lo que que éramos al inicio."

Para los responsables de Indra, el nivel de exigencias de las próximas demandas de soluciones informáticas va a ser mucho mayor que tras la crisis anterior, en el 2001.

El tamaño es un factor importante en este tipo de negocios, y son conscientes de que han de seguir creciendo tanto de una manera orgánica, aumentando su volumen de negocio, como con adquisiciones de otras compañías a las que estudian continuamente y "con mucha prudencia". Hasta ahora han aplicado criterios rigurosos en la valoración y en el análisis de las empresas que han adquirido. Según su consejero delegado, "hemos sabido mantener la calma durante la época en que se han hecho compras a lo loco". Además de complementariedad geográfica y productiva, "han de aportar territorio, ofertas o clientes, de lo contrario no interesa aumentar el tamaño". Además, no debe perder demasiado valor en el proceso de integración. "Hay compras que, cuando se integran, pierden la mitad del valor por el camino. Eso es un grave problema, y está en la crisis y en los malos resultados de muchas compañías del sector que han cometido excesos en los años del boom".

Este año, y a pesar de la que está cayendo, según sus estimaciones van a crecer "con dos dígitos" manteniendo al mismo tiempo la tasa de rentabilidad y los beneficios. No esperan grandes cambios sectoriales, aunque sí un importante reforzamiento en el sector de las telecomunicaciones y en el financiero, sobre todo en este último. Del mercado de defensa esperan un buen comportamiento, pero a largo plazo por su ritmo presupuestario. De momento no ven el final de la crisis ya que sus actividades están muy vinculadas "al crecimiento del PIB y por ahora sólo se oyen revisiones a la baja". Pero confían en que se produzca durante el próximo año. Mientras tanto tratarán de seguir desarrollando su modelo de gestión "sin sobresaltos".