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LA PRECAMPAÑA ELECTORAL

El resultado de las elecciones condiciona el debate de la sucesión de Aznar

El PP abrirá el diálogo con el presidente tras los comicios para perfilar el candidato en verano

El candidato del PP a la presidencia del Gobierno será elegido en septiembre y no habrá, pues, adelanto de plazos aunque los resultados de los comicios municipales y autonómicos del 25 de mayo sean adversos para los populares. Ésta es la previsión de numerosos barones, quienes, no obstante, sí prevén ahora, cuando las encuestas apuntan a la baja, un gran debate inmediatamente después de las elecciones. De ser así, el nuevo cabeza de cartel para las generales estaría perfilado ya durante el verano. La capacidad de Aznar para su designación será grande, aunque a peor resultado el 25-M le corresponderá una actitud necesariamente más abierta a escuchar otras opiniones dentro del partido.

Los mismos que apadrinaron a Aznar serán ahora consultados para su sucesión
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En un año, la percepción en el PP sobre cómo va a ser la sucesión de José María Aznar ha variado sustancialmente en la misma medida en que han cambiado sus expectativas electorales. La huelga general de junio de 2002, la crisis del Prestige y, sobre todo, la participación y empeño del Gobierno en el ataque a Irak han configurado un panorama preocupante para este partido.

El presidente del PP y del Gobierno, en todo caso, puede presumir de que ha mantenido la cohesión, toda vez que las fugas han sido mínimas; pero también debe saber que el nerviosismo en sus filas es ostensible y que un mal resultado electoral el 25 de mayo abrirá la puerta a los grupos que reclaman la designación inmediata del candidato.

¿Ha variado la capacidad de decisión del presidente del Gobierno en la designación de su sucesor? A esta pregunta, la mayoría de los dirigentes consultados señala que no demasiado, aunque si los resultados electorales no son buenos, el presidente tendrá una actitud más proclive y abierta a escuchar "al partido". Ese concepto engloba a los dirigentes territoriales (los barones), a los propios sucesores y a personas de confianza del propio presidente.

Perbes II

Habrá un Perbes II. Sobre esta afirmación no cabe la menor duda. Aznar fue elegido oficiosamente sucesor de Manuel Fraga en el verano de 1989 tras numerosas excursiones de dirigentes de la entonces Alianza Popular, en el mes de agosto, a Perbes (A Coruña), lugar de veraneo de Fraga, en las que se le convenció de que Aznar, entonces presidente de Castilla y León, era la persona adecuada para sucederle. Pero no se olvida que la decisión fue de Fraga.

En aquel agosto de 1989, las cosas ocurrieron así: Fraga telefoneó a Aznar a finales de ese mes para comunicarle que había decidido que fuera el candidato a la presidencia del partido y del Gobierno. Dos días antes de esa llamada, Fraga se había reunido en Perbes con el entonces secretario general de Alianza Popular, Francisco Álvarez-Cascos; el secretario general adjunto, Juan José Lucas; el responsable electoral, Rodrigo Rato, y Federico Trillo, coordinador del área parlamentaria. Estos responsables políticos convencieron a Fraga de la idoneidad de Aznar.

Esos mismos que recomendaron a Aznar, y otros más, opinarán ante él sobre quién le debe suceder. Por tanto, habrá peregrinación durante agosto al Perbes en el que descanse el presidente del Gobierno. Y la capacidad de persuasión de los consultados tendrá bastante que ver con el resultado electoral, toda vez que la implicación de Aznar será absoluta por propia decisión. "Él sabe que ha metido a su partido en un lío, aunque está convencido de que ha hecho lo que debía y lo que conviene a España y, por tanto, se cree con la obligación de trabajar al máximo por el mejor resultado electoral", señala un dirigente popular que sólo recuerda una voz alertando sobre lo que puede pasar en la noche electoral del 25 de mayo.

Se trata de la ex ministra de Sanidad Celia Villalobos, quien en la última reunión de la dirección del partido previó que "alguien" si las cosas no van bien pedirá responsabilidades y que se adelante el proceso de sucesión. También avanzó su posición contraria a esa petición de cuentas ya que, a juicio de la ex ministra, todos están en el mismo carro y todos son corresponsables. "Es muy difícil pedir cuentas, aunque ahora se haya equivocado, a quien ha llevado al partido a la victoria dos veces", señala este interlocutor.

Pero será inevitable que el debate sobre la sucesión se adelante y se abra de inmediato, y que el verano termine con un nombre, aunque la junta directiva nacional no lo refrende hasta septiembre a propuesta del presidente del partido, señalan las fuentes consultadas.

Estos interlocutores reconocen que puede haber en la noche del 25 de mayo, y en los días inmediatamente posteriores si las cosas no van bien electoralmente, movimientos para adelantar los plazos. ¿Un mes? ¿Quince días? Ésta es la pregunta que se hacen los interlocutores con cierto escepticicismo al no ver mucho sentido en ese adelanto, por cuanto que la mayoría de los dirigentes locales, provinciales y regionales, además del aparato nacional, estarán inmersos en la constitución de los gobiernos municipales, autonómicos y de las diputaciones. Éstas últimas no estarán hasta finales de junio. Muchos esfuerzos se van a dedicar a "recomponer algunos pactos" con fuerzas regionalistas en el intento de impedir que el PSOE haga lo propio.

Pero el deseo más abiertamente expresado por los populares es cada vez más modesto. Hace un año se aseguraba que lo perdido en 1999 podía ser recuperado; ahora se cruzan los dedos por mantener la misma situación y no perder más plazas. "Ya nos fue bastante mal en aquellas elecciones", señalan en la dirección popular.

El PP perdió entonces una docena de ciudades y tres comunidades autónomas en virtud de diferentes pactos: Asturias, Baleares y Aragón. El mapa, por tanto, puede quedar igual que en 1999 o algo mejor para el PSOE. Pero en esta ocasión la victoria o la derrota se medirá más en número de votos globales que por el listado de alcaldías o autonomías.

Aznar, durante un acto de su partido con asistencia de Jaime Mayor, Mariano Rajoy y Rodrigo Rato.
Aznar, durante un acto de su partido con asistencia de Jaime Mayor, Mariano Rajoy y Rodrigo Rato.BERNARDO PÉREZ

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