El efecto de la movilización contra la guerra mejora las expectativas de IU
La coalición consigue presentar un 10% más de candidaturas locales
Transformar la movilización social contra la guerra en votos no es fácil, pero todos los dirigentes de Izquierda Unida están convencidos de que sus expectativas para los comicios municipales y autonómicos se han disparado. Lo notan en la euforia de la militancia y en la afluencia masiva a sus actos en la Universidad. Ya tienen un dato. Pese a la crisis casi permanente de la coalición, ha conseguido presentar un 10% más de candidaturas locales que en 1999, cuando ya batió el récord. Las encuestas también dan pie para la euforia.
El más moderado de todos los dirigentes es el propio coordinador general, Gaspar Llamazares, que matiza: "Ni antes estábamos hundidos ni ahora en el paraíso". Pero la última encuesta del Instituto Opina para EL PAÍS, publicada el 30 de marzo, es tajante. Tras meses en torno al 4% de intención de voto, con picos del 5%, en plena movilización contra la guerra la coalición llegó al 6,2%. Las encuestas locales son aún mejores.
De momento, el único dato constatable es el de las candidaturas. En plena crisis económica y política, después de haber perdido la mitad de sus votos en las últimas elecciones, IU ha visto con sorpresa en las últimas semanas que no sólo no ha tenido problemas para elaborar las candidaturas municipales, sino que conseguirá presentar entre un 10% y un 15% más. La fecha límite es el lunes, por lo que aún se está en plena faena. Es pronto para conocer el posible crecimiento de la afiliación.
Al margen de datos concretos, la sensación se multiplica. Primero en lo más visible, que es su líder. Por primera vez, se nota en las manifestaciones contra la guerra, en actos en la universidad, en sus visitas, que la gente comienza a conocerle. Llamazares ha tenido tantos problemas para abrirse camino en los medios de comunicación que incluso pidió expresamente que Canal+ le hiciera un guiñol, y al final lo logró. Ahora, sin embargo, su presencia en televisión, clave para ganar votos, se multiplica.
Llamazares ha visitado una docena de universidades en poco más de dos meses. Y todos los actos han registrado unos llenos que no se recordaban desde los tiempos de Julio Anguita. En las manifestaciones, además, se han visto más banderas de IU que nunca. No es que se repartieran más -las estrecheces económicas no lo permiten- es que personas que no son militantes, por primera vez, cogían todas las que había y las agitaban. Recuerda David Chica, responsable de Juventud, que 5.000 carteles de "Otro Mundo es Posible. No a la Guerra" se agotaron en una tarde.
La clave es el voto joven. IU va a echar los restos para atraerse a una parte de ese millón de chavales que estrenan derecho al voto. Por eso, Llamazares se ha apuntado a todas las manifestaciones de estudiantes, incluso las más pequeñas. En esa franja, hasta los 25 años, IU puede llegar al 17% de los votos, según recientes encuestas. El porcentaje triplica al de otras franjas de edad.
Este proceso de movilización de los jóvenes empezó con las protestas contra la nueva ley universitaria, siguió con el decretazo y el Prestige y acaba con el rechazo a la guerra. Los dirigentes de IU creen que ya no va a parar, y que la politización de los jóvenes les beneficia. "Esta movilización en la Universidad va a persistir. La gente ha visto que lo de organizarse es útil. Va a subir el nivel de asociacionismo. Se va a consolidar la movilización y eso beneficiará a quienes estamos ahí desde siempre", asegura Chica.
Además, los dirigentes perciben que el enfado con el PP es tan grande que incluso los más radicales, los que se mueven mucho pero luego no se interesan por los partidos, irán a votar esta vez.
Hay una aportación inesperada -la agresividad contra él del presidente del Gobierno, José María Aznar- que ha servido de hecho para dar relevancia a Llamazares. En un intento de debilitar al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder del PP siempre le acusa de seguir los designios del "comunista" Llamazares.
Entre los manifestantes contra la guerra caló, además, el mensaje más duro, el que pedía la dimisión de Aznar, precisamente el que defendía IU frente a posiciones más moderadas del PSOE. No en vano el lema de campaña es "tu voz, tu gente". Los dirigentes creen que la sensación de que el resultado de IU será clave para gobernar en muchos municipios también ayudará. "La gente sabe ahora que no sólo somos majos, que sabemos gobernar", resume uno de ellos.
Calma interna
Las nuevas expectativas de la coalición, bien distintas de las de hace unos meses, han silenciado cualquier atisbo de conflicto interno. La coalición sigue dividida en dos sectores, los mismos que se enfrentaron en la última asamblea, en la que Llamazares venció por un voto a Francisco Frutos, secretario general del PCE. Pero durante las movilizaciones contra la guerra, ambos se han repartido los papeles y no ha habido grandes problemas.
Ha quedado de momento paralizada la iniciativa que pretendía colocar a Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba, como aspirante a la sucesión de Llamazares si los resultados municipales son muy negativos.
Ya nadie habla de eso, a pesar de que queda sólo un año para la nueva asamblea. Además, la guerra ha desplazado por completo el asunto más polémico dentro de la coalición, su posición en el País Vasco, donde participa en el Gobierno con el PNV y EA.
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