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España entrega a Francia al asesino de un niño por un nuevo sistema que quiere aplicar a los presos etarras

Patrick Henry, condenado a cadena perpetua por estrangular a un niño de 7 años, fue entregado ayer a Francia por el sistema de "denuncia oficial", que permite juzgarle también en el país galo por delitos cometidos en España. Es la primera vez que se utiliza este sistema de extradición, ideado para agilizar la entrega de delincuentes que han cometido los delitos más graves en el Estado requiriente, evitando dilaciones de varios años para cumplir antes alguna pena que se les haya impuesto en el Estado requerido.

El trasfondo del sistema de "denuncia oficial" no oculta el interés de España por aplicarlo a las decenas de etarras presos en Francia que, en régimen de correspondencia, pueden ser entregados a nuestro país para ser juzgados por delitos graves de terrorismo, sin tener que esperar a que cumplan en el país galo las habituales condenas por asociación de malhechores y tenencia ilícita de armas. Delitos que, aunque cometidos en Francia, podrían ser juzgados por la Audiencia Nacional al tiempo que se sigue el proceso principal por delitos más graves como asesinatos, estragos o secuestros.

Patrick Henry fue condenado por el tribunal de Troyes (noreste de Francia) en 1977, por el secuestro y asesinato de un niño de siete años, Philippe Bertrand, cuyo cadáver dejó envuelto en la alfombra de una habitación de hotel. Henry explicó que lo hizo acosado por las deudas y se libró por poco de la guillotina. Su caso sirvió para abrir un debate que condujo a la abolición de la pena de muerte en Francia, en octubre de 1981. Pasó de ser el hombre más odiado a convertirse en un preso modelo, que logró la libertad condicional vigilada en 2001, después de haberlo solicitado ocho veces y después de haber pasado en prisión casi 25 años.

Pero Henry estaba en libertad a condición de no volver a delinquir y no salir de Francia sin permiso judicial. Y Henry violó ambas condiciones cuando fue detenido en España, en un control rutinario cerca de Sagunto (Valencia), con diez kilos de polen de hachís en el maletero de su vehículo, en octubre de 2002.

Cadena perpetua

El pasado enero, Henry rechazó en la Audiencia Nacional su entrega a Francia por el procedimiento de "denuncia oficial", ya que, al haber quebrantado la libertad condicional de una pena de cadena perpetua, "podría pasar en la cárcel hasta el último día de su vida".

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La Audiencia Nacional, sin embargo, accedió a la extradición a condición de que "la reclusión perpetua impuesta no lo sea de por vida" y se le otorgue la posibilidad de disfrutar de beneficios penitenciarios en función de su eventual reeducación y reinserción. El Consejo de Ministros del pasado viernes acordó la entrega inmediata.

Ahora, Henry será juzgado en Francia, previa denuncia del juzgado de Sagunto, por el delito de tráfico de drogas presuntamente cometido en España.

El ministro de Justicia, José María Michavila, mostró su satisfacción "por esta nueva demostración de la excelente cooperación entre Francia y España en la lucha contra la criminalidad y el terrorismo", sin dejar de recordar que en los últimos tiempos "han sido detenidos más de 60 etarras en Francia".

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